China dio ayer la bienvenida al Año Nuevo Lunar con numerosos festejos, banquetes y oraciones para celebrar la llegada del dragón, considerado un símbolo de poder, vitalidad y buena fortuna en el zodiaco oriental.
En Pekín, centenares de personas acudieron ayer a la mañana al Templo del Lama para prender varillas de incienso y acompañar a los monjes tibetanos en sus ofrendas, componiendo una de las ceremonias más icónicas de las que se celebran en todo el país para comenzar el también llamado Festival de la Primavera.
Las imágenes de dragones abarrotan escaparates, puertas y calles, en tiendas y en hogares, para cumplir con la costumbre de colgar figuras del nuevo signo, en este caso un animal mitológico venerado en China por su capacidad de controlar el viento y la lluvia para garantizar buenas cosechas.
El dragón, que sustituye al conejo, es adorado en China hasta el punto de que muchas parejas deciden tener hijos durante su año por los buenos auspicios que conlleva.
Otro protagonista de la festividad son los “hongbao”, sobres también de color rojo con dinero dentro y que se dan a familiares y amigos para desear fortuna en el año entrante. Es, además, una forma de “esparcir” la buena suerte a quien la recibe.
“El dragón personifica el espíritu de autosuperación, el trabajo duro y el empuje de la nación china desde hace 5.000 años. También es un símbolo de la determinación y la aspiración de millones de chinos de tener un país fuerte. El dragón, como emblema de China, es fuerte, valiente y benévolo”, apuntó el presidente chino Xi Jinping. EFE