Al llegar a su casa, Lilia no pudo contener el llanto al estallar de felicidad: Bernardo y Bebé estaban en casa. La noche del domingo fue la más hermosa de la semana, luego de siete días de angustia, lo que duró la espera por volver a ver a sus perros.
El lunes 27 de marzo, sus dos perros de la raza bulldog francés se habían escapado de casa en un descuido, cuando ella atendió al repartidor de agua en su casa, en la ciudad de Lambaré.
“Estábamos muy angustiados, sufrimos demasiado”, expresó ya con voz de alivio.
Aunque no perdía la esperanza de hallarlos, se animó a ofrecer todos sus ahorros como recompensa. En principio, Lilia ofreció G. 3.000.000 por alguna noticia sobre sus perros, pero con el paso de los días aumentó a $ 1.000 (G. 7.150.000 aprox.).
“Recibí llamadas de gente que estaba en la cárcel, chicas que ofrecían servicios medio sospechosos... ¡hasta videntes! Me decían que vaya a su casa porque tenían dones espirituales para encontrarles”, comentó.
Sin embargo, al final ni siquiera fue necesario pagar. En la tarde del domingo, una persona se comunicó con un familiar y les dijo que sabía dónde estaban sus perros.
“Se nota que les tuvieron bien, agradezco a los que les tuvieron. Ahora vamos a ver que no se escapen más”, indicó.
Comentó que, por fortuna, les tenía una familia en Asunción. “Nos dijo que compraron de buena fe. Estaba muy sentida la persona, mis hijos están recontrafelices”, finalizó.