17 may. 2024

“En nuestra boda casi nos morimos”

Los afectados en intoxicación masiva en casorio tuvieron salmonella, ra’e.

La pareja durante su declaración

El día más soñado fue la peor pesadilla para los recién casados.

Gentileza

“Nuestro mayor sueño es casarnos de blanco, el mío se cumplió, pero no todo fue color de rosa”, contó Arminda Martínez (26), cuya boda terminó en una pesadilla.

El pasado 30 de diciembre, se casó con César Cáceres (32) “el amor de su vida”, en Minga Porã (Alto Paraná), pero la luna de miel la pasaron en el baño... en el water.

Los novios y 86 invitados, entre ellos 17 niños, se intoxicaron con la ensalada de papas con mayonesa (todos coinciden que luego de comer ese alimento comenzaron a tener problemas gastrointestinales).

Unos de los afectados es el menor de sus hijos, cuya salud estuvo mucho más deteriorada que la de sus padres.

Al día siguiente comenzaron a tener dolor de estómago, vómitos y diarrea. El resultado toxicológico resultó positivo para salmonella.

“La cena estuvo deliciosa, no sentí nada raro porque comimos apurados, porque los invitados querían fotos. Cenamos medio apuraditos”.

“Al día siguiente mi marido se despertó a las 5:40 por ahí, yo me levanté, fui al baño y ahí comencé a sentirme mal, sentí los primeros dolores y era raro, porque la noche comimos sano y nos divertimos muchísimo”, mencionó la novia a EXTRA.

Arminda y César continúan con algunos malestares, pero la primera semana fue terrible. Incluso les dio fiebre.

La mayoría de los invitados son familiares, solo dos son extraños. Algunos continúan internados.

Nada raro

Por su parte, César contó a EXTRA que él y su pareja ahorraron por un año para tener la boda soñada.

Están juntos desde hace 13 años, y la idea era consolidar el amor que se tienen.

El servicio de buffet o catering (solo la comida) les costó G. 8. 500.000 y lo único que se cocinó en el evento fue la carne, he’i.

“Nosotros alquilamos un salón en San Alberto, que queda a 15 kilómetros de nuestra ciudad, de donde se realizó el matrimonio”. Nos casamos en Minga Porã, en la iglesia Virgen de Fátima”.

César dijo además que tampoco sintió algún olor o sabor extraño en las comidas. Él fue el último en tener los síntomas.

“Culminó perfectamente la boda, a las 2:30 (del 31) pero nos fuimos a parar todos al hospital”.

Todos pasaron las “12” del primero de enero con suero y sonda.

“En mi familia no hubo año nuevo”, lamentó el novio.

“Yo le socorrí a algunos de mis familiares, pero luego me bañé y comencé a sentirme mal. Tuve diarrea y diarrea con fiebre”.

En cuanto a la luna de miel, dijo que el plan era quedarse en casa y disfrutar de la familia, debido a que ambos están de vacaciones.

Tenían planeado hacer turismo interno, pero se suspendió.

De a poco están retomando sus actividades, aunque les está costando, según apuntó César.

“Fue horrible”

“Te parte el corazón ver a las criaturas sufriendo. Nosotros los adultos podemos aguantar más, había niños de meses, fue horrible, una pesadilla. Estuvo todo en riesgo, tuvimos riesgo de muerte. Los doctores nos dijeron que por suerte vomitamos y tuvimos diarrea, porque si eso no tuviéramos íbamos a morir”, señaló Arminda.

Fiscalía intervino en el caso

La denuncia fue presentada en la comisaría 15° de Minga Porã.

El comisario Claudio Ruiz Díaz manifestó a EXTRA que los novios realizaron la denuncia por omisión de auxilio. El fiscal del caso, Edgar Benítez, llamó a testificar a la pareja y a los afectados.

El caso está en la lupa, por tratarse de algo jamás visto en la zona.

En la mira también está la emprendedora, encargada de servir los platos, quien supuestamente no se quiere hacer responsable de lo que ocurrió.

César contó que se puso en contacto con la doña. “Quiso culpar al agua, a la gaseosa, el chop, pero no estaba vencido, quiso culpar a la torta y tampoco estaba vencida”, indicó.

Responsabilizó al dueño del local

Como ya no tenía “fundamentos” la doña supuestamente culpó directamente al local de eventos alquilado por los novios.

“Ellos trataron de montar un esquema, inclusive en una parte especifica que cuando el señor (que llevó las comidas) llegó al local sintió un olor raro y hasta ‘tontura’ le dio ñandeco y yo ko estuve en el salón dos días antes, soy propietario de una discoteca móvil para eventos y monté la discoteca para mi casamiento; entonces yo tendría que ser el primero que pasar mal y sentirse mal. Por poco no me culpó a mí por el hecho”, apuntó el recién casado.