17 ago. 2025

El que entra sin permiso puede terminar con el puma, advierten

Los Ava Guaraní, de San Pedro, y su increíble sistema de seguridad. “Si se entiende con el animal o si no se entiende, ahí va a saber”, dijo lideresa.

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Chalo, la mascota de la comunidad, es el encargado de custodiar la zona. Está bien cuidado y es bravo.

Gentileza

A la noche, cuando el silencio reina, Chalo sale a hacer su ronda. Él es el vigilante, el guardián.

Se trata de un puma de un año y ocho meses, que recorre libre los senderos de una comunidad indígena, como parte del sistema de seguridad que ellos mismos crearon.

No hay policías ni caseta de guardia. En Río Corriente-mi, distrito de Capiibary, departamento de San Pedro, el que entra sin permiso puede terminar en las garras del animal o en su jaula con él adentro. Así lo dijo Jorgelina Gómez, lideresa del pueblo Ava Guaraní. “Ahí va a amanecer. Si se entiende con el animal o si no se entiende, ahí va a saber”, advirtió.

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Chalo, la mascota de la comunidad es el encargado de custodiar la zona. Está bien cuidado y es bravo.

Gentileza

El felino no está solo. A su alrededor hay hombres con arcos y flechas que custodian el lugar por turnos. Colocaron seis cámaras, algunas con infrarrojo y otras trampas, en las entradas y salidas de la comunidad.

Ellos mismos las compraron con lo que recaudan vendiendo lo que cultivan: miel, batata, poroto, mandioca, artesanías y gallinas que crían en el lugar.

Viven unas 200 personas. Muchos niños nunca salieron del lugar, ni siquiera llegaron a las rutas. Los adultos están atentos a que nadie lleve vicios ni amenazas.

“Nos cuidamos de que las drogas no entren”, señaló la lideresa. Acá, la tranquilidad no es un regalo: es una regla.

Pero el domingo último, esa calma se rompió por unos minutos. Un auto apareció en plena noche, a eso de las 23:30, y dentro iba una pareja, aparentemente discutiendo. Cruzaron la entrada sin avisar, sin pedir permiso. Ese fue el error.

La lideresa primeramente envió el video a portal Info Capiibary, para que los que quieran hacer lo mismo, lo piensen dos o más veces.

“Nosotros escuchamos el ruido, y cuando entró el vehículo, nosotros controlamos. No se sabe si la chica estaba corriendo del muchacho”, refirió.

En alerta máxima

Hay antecedentes de robo de vacas.

En otra ocasión, entraron a robar ganado y, por eso ahora son firmes: si alguien pisa su territorio sin autorización de la lideresa, será retenido.

“La comunidad indígena es autóctona, nosotros mismos podemos poner el límite y cada comunidad tiene su reglamento interno”, indicó Jorgelina.

El castigo puede depender de lo que haga la persona. Pero si se pone grave, será peor.

“Depende de la persona, le podemos dejar presa y al otro día le entregamos a los policías”, señaló.

Allí, tienen sus propias normas. No se rigen por relojes, sino por su decisión de vivir en paz y sin que nadie ajeno rompa esa armonía.

“Si quieren entrar, tienen que pedir permiso. Cuando una persona quiere entrar a la casa ajena tiene que hablar y avisar primero”, advirtió la lideresa.

Las cámaras captaron cuando un vehículo ingresó a la comunidad sin permiso.