Desde el estado brasileño de Río Grande Do Sul, la doctora Diana Cascán Valiente describió los momentos difíciles que le tocó vivir, no solo al contraer COVID-19, sino al escuchar cómo los pacientes que debía intubar se despedían de sus familiares por videollamadas.
Interrumpida por las lágrimas, la doctora, especializada en terapia intensiva, recordó cuando tuvo que intubar a una mujer de 30 años, la más joven que le tocó atender en la sala hasta ese día, y que tenía una hija pequeña a quien no sabía si volvería a ver. Poco después, la profesional dio Covid positivo y se le presentaron todos esos episodios que vio en los hospitales donde trabaja.
Cascán superó la enfermedad, al igual que aquella joven madre que volvió a ver a su pequeña. En cambio, la médica señaló que presenció varias despedidas muy duras de gente que no pudo vencer al virus. “Escucho cuando les piden a sus hijos que recen y que van a ser fuertes”, describió en entrevista con La Lupa.
Su deseo
La doctora Diana contó que presentó una solicitud al Ministerio de Salud de Paraguay para venir a trabajar a nuestro país, aún conociendo todas las falencias del sistema que el propio personal de blanco viene denunciando durante la pandemia.
“Siento que mi país me necesita. En esta guerra quiero estar con mi país”, confesó la intensivista.
Además, resaltó que en los hospitales donde trabaja ya atendió a más de 200 pacientes con coronavirus en terapia intensiva , por lo que cuenta con suficiente experiencia.
Cascán estudió Medicina en Brasil, pero también trabajó en el Hospital Regional de Ciudad del Este. Al igual que ella, sus hermanos también se desempeñan en el ámbito de la salud.