La inseguridad no da respiro. Esta vez, la pesadilla la vivió Mirna García y su familia, en la ciudad de Caacupé. La joven compartió en sus redes el momento de terror que atravesaron cuando desconocidos ingresaron a su vivienda, quedando todo registrado en cámaras de circuito cerrado.
Las imágenes muestran a uno de los intrusos con capucha, hurgando entre las cosas y cargando lo que encontraba en una mochila. En otra secuencia se observa a los dueños de casa corriendo tras un segundo asaltante dentro de la vivienda, sin imaginar que no estaban enfrentando a un solo delincuente.
El episodio se volvió todavía más grave cuando uno de ellos intentó abrir a la fuerza la habitación donde estaban la mamá y la hija de Mirna. Según relató, el hombre utilizó un martillo y hasta un arma blanca para forzar la puerta. “Por tercera vez sufrimos un robo, pero esta vez la situación fue aún más grave”, escribió en su publicación y pidió ayuda para identificar a los responsables.
La familia hizo la denuncia correspondiente, pero también apeló a la colaboración de la ciudadanía. “Rogamos, por favor, ayuda para identificarlos. La denuncia ya fue realizada. Les pido que compartan”, agregó Mirna en su mensaje, que rápidamente empezó a circular en redes sociales.
Otro caso en Limpio
En Limpio, una vecina del barrio Villa Jardín también vivió una noche de horror. Karen Acosta contó en Facebook que desconocidos entraron a su vivienda, llevaron G. 1.700.000 guardados en una media, en el cajón de una cómoda, electrodomésticos, ropa y hasta vaciaron la heladera.
Karen señaló que había juntado durante meses la plata para el tratamiento de su hija, y que todo se perdió en cuestión de minutos. La mujer pidió la colaboración de las personas que viven en la zona para que revisen cámaras de seguridad y aporten cualquier dato que pueda ayudar a dar con los responsables.
La denuncia ya fue realizada en la comisaría de la zona. Más allá de los objetos robados, Karen expresó la impotencia de ver cómo su sacrificio “se tiró en una sola noche” y la preocupación de que los mismos ladrones puedan volver a atacar a otras familias del barrio.