No es una cuestión de clases sociales ni del tipo de familia. La droga acecha a los adolescentes sin importar de dónde provienen, según un estudio de la Secretaría Nacional Antidrogas (SENAD) realizado a escolares.
“¿Cuándo fue la última vez que consumiste alguna sustancia ilícita?” era una de las preguntas a estudiantes de entre 12 y 17 años, y saltó que la marihuana y la cocaína son las que más circulan entre los escolares. Pero el “chespi” también es una amenaza.
En 2014, unos 22.000 alumnos de todo el país participaron de la encuesta anónima, así se animaron a contar si alguna vez probaron drogas. Ayer se divulgaron los resultados y el consumo afecta a jóvenes de todo el país, pero mucho más en el departamento Central, donde se concentra la mayor parte de la población del país.
Los que afirman haber consumido sustancias ilegales tienen en su mayoría 17 años o más, constituyendo el 3,7% de la muestra, unas 800 personas.
Marihuana
En los colegios privados, el 7,3% de los alumnos lo probó alguna vez en la vida, 4,9% en el último año y 2,8% el último mes. En instituciones públicas, un 5,3% lo probó una vez en la vida; 3,4% en el último año y 2,3% en el mes.
Cocaína
El 2,7% de los alumnos de colegios púbicos la consumió al menos una vez en toda su vida, el 1,5% en el último año y el 0,8% el mes anterior. En los privados, el 1,7% la probó una vez, 1% en el año y 0,6% en el mes.
Crack
En los colegios públicos, el 1,2% de los alumnos dijo haberlo probado alguna vez en la vida, en los subvencionados un 0,8% y en los privados el 0,6%.
¿Por qué lo hacen?
Algunos lo hacen por curiosidad, otros para olvidar algunos problemas, y otros para sentirse parte de un grupo, explica Nancy Delvalle, directora del Observatorio Paraguayo de Drogas de la SENAD.
No es la plata
Uno pensaría que la cocaína, por ser más cara que la marihuana, está más al alcance de los chicos que van a colegios privados, pero no es así.
“Hoy en día las drogas que se venden en la calle están cortadas o mezcladas con otras sustancias, por ejemplo el mebendazol y el paracetamol”, cuenta Delvalle. Al ser cocaína de mala calidad, es más barata.
Qué hace el MEC
Cuando los profes pillan o sospechan que un alumno consume drogas, lo principal es garantizar que continúe el colegio y trabajar con los padres para que le den un tratamiento de salud.
Según Sonia Escauriza, del MEC, muchas veces los alumnos que se drogan también son los que venden. Es que los microtraficantes utilizan muchas estrategias para llegar a los adolescentes.
A los 14 años ya pueden ser imputados por comercializar sustancias, aunque la Fiscalía siempre ordena que los menores de edad sigan estudiando, por ejemplo en turno opuesto. Esto se debe a que siempre es prioridad el derecho del los niños y adolescentes, y si pierden el colegio quedan mucho más vulnerables.
Un problema: Los papás no se hacen cargo
La directora de Protección y Promoción de los Derechos de la Niñez y Adolescencia del MEC, Sonia Escauriza, mencionó que es frecuente que los padres no quieran colaborar con las entrevistas en las instituciones educativas: niegan la situación, la minimizan o simplemente no aparecen. Según el protocolo, si se sospecha o se confirma que un alumno consume o vende drogas, lo primero es llamar a sus padres o encargados.