Desde ayer y hasta el viernes, 30 comisarios serán sometidos a la prueba del detector de mentiras (polígrafo), para sus respectivos ascensos.
Según las autoridades, esta disposición apunta a garantizar una mayor transparencia dentro de la Policía Nacional y detectar posibles vínculos con hechos de corrupción, narcotráfico u otros delitos.
El procedimiento formará parte del proceso de evaluación integral que, además del polígrafo, incluirá análisis financieros, psicológicos y profesionales.
De esta manera, los futuros ascensos ya no dependerán únicamente de la antigüedad o del puntaje interno, sino también de la “limpieza” en la hoja de vida de cada uniformado.
Se espera que con esta medida se pueda ir recuperando la confianza en la Policía Nacional y que los altos mandos sean verdaderos ejemplos de honestidad y servicio.