A Elizabeth González, hasta el aceite que le quema le hace recordar a su hija Naydelin (7), desaparecida y luego hallada calcinada en Minga Guazú en marzo del 2020.
“Le mataron viva a mi hija. Limpia Concepción (Núñez) y su hijo Eduardo Martínez, la forma en que hicieron no tiene perdón. Imaginate, un aceite a mí me quema un poquitito y cómo me arde, y mi hija cómo estaba. Le ataron, sufriendo ella gritaba ahí”, relató en una manifestación frente al Palacio de Justicia de Ciudad del Este.
Allí se desarrolla esta semana el juicio oral contra los acusados del macabro asesinato, refirió el corresponsal Édgar Medina. Supuestamente, el joven acabó con la niña en un rito satánico con su mamá por que la tía de la menor cortó una relación amorosa con él.
“Por el Facebook, Eduardo le pone me divierte, me gusta. Una forma de que él se está burlando de mí. Yo puse una publicación ‘pido justicia por mi hija’ y él me pone me divierte ahí. Imagínese, se ríe por mi cara prácticamente”, dijo.
Inclusive, al cruzarse en los tribunales, señaló que los ve riéndose a ambos. La mamá señala que es la voz de su única hija ahora. Con un grupo activista por los derechos de los niños se manifestó con globos verdes y un ataúd simbólico.
“No se nota ni un poquito de remordimiento en esta señora. Simplemente quiere salvar su pellejo porque existen contradicciones en el expediente”, mencionó por su parte la abogada Alice Monges.
En los carteles que portaban se podía leer el pedido de pena máxima para los acusados.