Desde temprano, Denis Barrios (30) va al mercado y elige los mejores cortes para sus asaditos. Hace aproximadamente 15 días, la rutina es la misma, porque inició un nuevo emprendimiento: el de asaditero.
Todos los días prepara la carne con cuidado, busca que cada asadito tenga buen sabor y atención, y así poco a poco fue ganando clientes.
El 4 de noviembre, seis días después de colocarse en una nueva ubicación en el barrio Itapuami, Luque, ocurrió un incidente que lo volvió viral.
Dos hermanas, que tienen un local de minutas en la zona, echaron a perder sus asaditos justo cuando Denis se disponía a venderlos. La pérdida fue de unos G. 500.000.
El hecho ocurrió frente a vecinos y niños de una escuela cercana, y justo en ese momento, uno de sus hijastros estaba con él. Algunos vecinos grabaron la situación, al igual que Denis, y los videos se compartieron en grupos de WhatsApp.
Ante el ataque, Denis hizo la denuncia correspondiente en el Puesto Policial N.º 11 de Itapuami, pero la mayor ayuda llegó después de la viralización.
Le compraron todo
La solidaridad se manifestó de muchas formas. Vecinos se acercaron a comprarle sus asaditos, le hicieron transferencias e incluso personas desde España se comunicaron para colaborar. Ganó más de lo que perdió, según contó. “Fue impresionante, no sé cómo agradecer tantas muestras de cariño”, señaló a EXTRA.
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“Obviamente, me puse a disposición del Todopoderoso y le dije: ‘hacé de mí lo que querés, no sé qué hacer, todo queda en tus manos’”, contó Denis. Según él, Dios le respondió.
Esa noche, la pareja de una de las hermanas se contactó con Denis, pero la llamada salía entrecortada. Solo alcanzó a escuchar que querían llegar a un acuerdo, pero al día siguiente no aparecieron. Denis señaló que, aunque lo material no le importa tanto, la experiencia lo hizo pasar muy mal.
Hace siete meses, Denis ya había intentado instalarse frente al local de las hermanas. Solo le dieron permiso un día y le advirtieron que él les iba a quitar clientes.
Tras eso, se alejó, pero analizó la situación y decidió volver a intentarlo.
Tuvo una apretada
“Entonces tuve una apretada, hendy’i como se dice, y calculé que me podía colocar en la calle, pero mi intención no era perjudicarle a nadie”, explicó.
Eligió una bocacalle donde pasa mucha gente y donde pensó que podría trabajar sin molestar a nadie. Contó que las hermanas incluso les sacaban fotos a sus clientes, y no sabe con qué intención. Denis comentó además que tiene experiencia en el rubro. “Trabajé doce años en un frigorífico, conozco todo lo que es la preparación del producto”, dijo, orgulloso de su oficio y de poder aplicar lo aprendido en su propio emprendimiento.
Ya tiene puesto fijo
Tras el incidente, los vecinos del barrio le ofrecieron un lugarcito del otro lado de la calle, frente al negocio de las hermanas, donde pasa mucha gente.
Allí, Denis volvió a instalar su puesto y, con el apoyo de la comunidad, sus asaditos siguen teniendo éxito.
De tan viral que se volvió su historia, la gente le pidió que abra cuentas en TikTok, donde poco a poco la comunidad comenzó a seguirlo.
Hoy Denis continúa con su emprendimiento con entusiasmo, cuidando la calidad de sus productos y agradecido por el respaldo que recibió cuando más lo necesitaba. “Perdí mis productos, pero gané el cariño de la gente”, dijo.