“Gracias a Dios ya volvió, está bien, está con vida que es lo importante”, dijo ayer ña Modesta V. al recibir nuevamente a su hijo en casa.
La doñita vivió tres días con el Jesús en la boca tras la misteriosa desaparición de su hijo Ronald Rodrigo, de 21 años, quien trabajaba como guardia de seguridad de una casa de cambios.
Ese jueves 4 de septiembre, día que jugaba la Albirró, él desapareció. Fiesta de aquí para allá, por la clasificación, pero doña Modesta estaba preocupada porque no apareció su hijo e hizo la denuncia a través de Radio Imperio. Porque en Pedro Juan cuando una persona no regresa a su hogar es señal de peligro.
Solo tenía un short
Nada se supo de él. Pero el sábado de noche, tras el feriado por la clasificación de la albirroja, apareció en la puerta de su casa completamente desorientado, cansado y sin el uniforme que vestía cuando salió de su casa. Solo tenía el short que llevaba debajo de la ropa de trabajo.
La mamá contó que a eso de las 20:00 cuando ya iba a dormir, escuchó que alguien le tocó la puerta y al salir quedó con la boca abierta.
“Apenas abrí la puerta, se sentó en el suelo y empezó a vomitar”, relató a la 106.7 FM. Dijo que le vio pálido y algo golpeado.
¿Qué le pasó?
Lo más raro de todo es que el joven dice no recordar nada, como si le hubieran borrado la memoria.
“Ni él sabe lo que le pasó. Me dijo que se fue en un lugar con murallas altas, rodeado de plantas y que estaba con tres personas que tampoco conocía“, dijo.
Aunque no tiene idea de lo que le pasó a su hijo Ronald, doña Modesta expresó que al fin va a poder dormir tranquila ahora que apareció su hijo sano y salvo.