26 abr. 2024

Adolescentes robaron gallos de riña y acabaron tras las rejas

Llevaron seis aves, de las cuales, cinco se recuperaron. El de más alto valor desapareció: costaba 7 palos.

Gilda Beatriz Benítez, de 38 años, despertó ayer y fue directo al corral para alimentar a los enormes gallos que cría junto don Esteban Dionisio Escobar, de 88 años, y se percató de que seis de los animales no estaban en sus jaulas. Los gallos de alto pedigree, criados para la pelea habían desparecido.

El hecho ocurrió en la compañía Naranjaisy de Villeta, donde el propietario rápidamente pegó un telefonazo a los agentes de la Comisaría 14, mientras indagaba en el vecindario en busca de pistas de quién se pudo haber llevado a los animales. Así, ubicó a dos muchachitos, de 17 y 14 años, e inmediatamente pasó la información a los policías.

“Los dueños indicaron que en la madrugada de ayer desaparecieron y que los vecinos sindicaron a los menores. A raíz de eso, el personal ubicó a ambos como así también procedió a la recuperación de cinco de los seis animales”, relató el comisario Lidio Castiñeira.

Los efectivos llegaron hasta la vivienda de uno de los chicos, donde la madre entregó a ambos sin poner resistencia, también entregó los animales. Ellos fueron sorprendidos por los agentes cuando aún dormían, y trasladados hasta la mencionada dependencia.

Respecto al animal que no pudo ser recuperado, mencionó que en el lugar no encontraron indicios de que lo comieron y que justamente se trataba -según el dueño-, del animal de más alto valor entre los robados: don Esteban lo había cotizado en el módico precio de 7.000.000 de guaraníes.

“Creemos que ellos habrán tenido información de que estos son animales de valor. Son vecinos del lugar, en algún momento habrán escuchado que son animales caros”, apuntó Castiñeira. En efecto, explicó que los gallos más baratitos cuestan poco menos de un millón y los precios se elevan hasta los diez millones, incluso. “Varía mucho el precio por el tipo de animal, de su pedigree, su altura, tamaño, peso”, aseveró.

Muy agresivos

Comentó que este tipo de animales son tan agresivos que entre ellos se pelean, por lo cual el dueño refirió que todos estaban en un corral con diferentes compartimientos. Incluso, al momento de recuperarlos, contó que entre uno y otro se enfrentaban, por lo que tuvieron que intervenir en la pelea.

“Algunos llegaban a pesar hasta cuatro kilos, depende mucho del origen del animal. Según lo que tengo entendido, cuando van a competir se realiza tipo boxeador el pesaje y los mismos tienen que estar en la misma categoría -peso-, no tiene que haber una diferencia entre un gallo y otro”, contó el uniformado.

Uno de los animales recuperados tenía apenas cinco meses, pero presentaba gran porte y tamaño. “Es un pollo en etapa de crianza. Ellos están en etapa competitiva a los un año, este aparentemente tiene cinco meses, entonces es un poco más chico. Tendría que crecer 5 cm. más de altura. Es la peculiaridad de los gallos de pelea. Además que este como es pollo todavía no está peluqueado, les quitan las plumas del pecho y las piernas para que puedan competir”, detalló el comisario.

Agregó que si bien la competición de los gallos de riña está prohibida, la crianza no, por lo que tras ser recuperados los ejemplares, fueron devueltos a los dueños. El hecho fue comunicado al fiscal de turno Enrique Gómez, quien dispuso la detención de ambos chicos. El mayor cuenta ya con antecedentes por robo agravado. Ambos quedaron a disposición del Juzgado de la Niñez.