25 abr. 2024

¿Qué fue lo más loco que hiciste por tus amigos?

Uno de ellos cambió a su perro por dos cartones de vino y al día siguiente sus amigos lo recuperaron. Acá te contamos otras anécdotas raras.

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“¿Qué pasó ayer? ¿Será la historia de muchos mañana?

Ilustración

Hoy es el Día de la Amistad y, a pesar del frío, muchos ya están organizando desde hace unas semanas qué hacer en esta fecha tan especial. Algunos ya tienen preparada la parrilla para el asadito y, aunque el clima no da, el chupi sí o sí está en la lista de prioridades. Pero ojo, este año la onda será un poco más relajada comparando con los años anteriores, según dicen.

Pero... solo los verdaderos amigos saben que el 30 de julio no es un día cualquiera, muchos incluso darían la vida por ellos y anécdotas hay de sobra, como el caso de César Leguizamón, de 19 años, que en julio de 2020 llegó hasta la comisaría de Repatriación (Caaguazú) y quiso liberar a sus amigos con un arma de juguete. Aparentemente el muchacho estaba pasado de copas y también quedó preso.

En aquella oportunidad, el jefe de la comisaría, Timoteo Romero, dijo a EXTRA que menos mal se dieron cuenta de que el arma no era real porque uno de los uniformados casi le disparó. Leé más: Quiso liberar a sus amigos presos con un arma de juguete

Jugaron un torneo y les dio un ka´u vare´a

Javier Kapurro, de San Pedro del Paraná, contó a EXTRA que tiene varias anécdotas muy locas y mencionó que sus amigos son los más increíbles que pudo haber conocido en la vida.

“Tengo muchos amigos, “los loros” se llama nuestro grupo. Siempre compartimos en el sintético jugamos fútbol, vóley en lo de Luis Carlos, en su predio; jugamos o en lo de Erasmo Aquino jugamos fútbol y procedemos de él su cocina. Me acuerdo que tenía unos pollos congelados y con martillo y machete cortamos para hacer algo a la noche después del futbol. Cuando vamos a la pesca no traemos nada pero venimos tuichaite ka’ure”, recordó.

Kapurro dijo que los amigos también se pelean y eso es lo más normal del mundo, pero eso sí, siempre hay reconciliación y si hay cerveza de por medio también hay abrazos y no falta el ka´u melancólico del grupo que llora por todo.

“Lo más loco es que una vez jugamos un torneo de invierno “Cerro-Olimpia” entre todos casi nos peleamos y después organizamos otro torneo de invierno. Había 6 equipos, todos de loros fuimos en lo de Erasmo Aquino a comer asado llevamos juegos para niños, servicio completo. Empezaron a jugar vóley y había sido yo era el árbitro, entonces me senté sobre la bici de un mitã’i y me preguntan ¿Cómo va el partido? yo les dije ¿Cuál partido? Lo más loco fue que no trajimos nada, volvimos muy borrachos, casi no nos acordamos de nada”, dijo entre risas.

Por su parte, Robert Benítez recordó que el año pasado su amigo y sus demás socios querían tomar vino y como no tenían plata empeñaron a un perro.

“Esto es verídico, mi amigo prácticamente le vendió a su caniche, cambió por dos cartones de vino, pero luego ojerá y al otro día, entre todos se fueron a la despensa para recuperar al perro, la señora de la despensa aprovechó y le baño al perro”, recordó.

“Otra anécdota que recuerdo es que unos socios llegaron a un velorio cantando cumpleaños feliz, Jaguáicha oñemosê hikuái, demasiadas historias hay, pero lo más lindo es que a medida que pasan los años, eso queda como un buen recuerdo”, puntualizó Benítez.