Su compañera de viajes tiene cuatro patas, que se mantienen firmes para cuando le toque defenderla.
Rosa Agüero (31), de Santa Rosa del Aguaray (San Pedro), es camionera desde hace siete años y su copiloto es una perra de la raza pincher, de dos años. Ella se llama Nina, pero los colegas de Rosa la apodaron como Nina camionera, por ser considerada una más de ellos.
Detrás de esta bella amistad entre la camionera norteña y su mascota, esconde una emotiva historia que las unió aún más.
Rosa y Cecilio González (45), su finado esposo, quien también era camionero, habían adoptado dos perros de dos meses: Rocky y Nina, quienes los acompañaron en sus viajes.
Como Rocky falleció trágicamente en un accidente (le chocaron) y Cecilio se deprimió, entonces, Rosa le entregó a Nina.
Cecilio perdió la vida a raíz de un infarto intestinal hace cuatro meses y la perrita volvió con su primera dueña.
La pareja no tuvo niños humanos, pero Nina es considerada como una hija canina.
“Ella no tiene con quién quedarse en la casa, entonces viaja conmigo. Ella tiene su mantita, es como una criatura, es libre. Camina encima del tablero, del almohadón, tiene sus juguetes y su peluche”, detalló Rosa.
También tiene su agüita, recibe buena alimentación como purina y pollo cuando toca cocinar.
Rosa contó que Nina, muchas veces le pide para jugar, entonces ella para la marcha y le tira pelotas.
“Lo primero que la gente me pregunta cuando la ven es si ella hace pipí o popó en la cabina, y les digo que ella es educada y te avisa cuando quiere hacer sus necesidades”, contó.
Cuando Rosa recibe la señal, baja con Nina con la pechera correspondiente, la lleva a hacer sus necesidades que posteriormente recoge.
“En donde se va la gente le quiere porque es chiquitita”.
“Es súper protectora, porque no deja que nadie toque el camión o que alguien quiera subirse, ella cuida mucho el camión”, apuntó.
Rosa contó que una vez casi mordió a una persona que intentó subir a su vehículo.
Amor rutero
Rosa y Cecilio se conocieron en las rutas hace siete años.
El padre de la mujer también era camionero y a Rosa le tocaba acompañarlo.
Un mes después de que falleciera, ella conoció al amor de su vida, con quien estuvo hasta el último día. Ella lo recuerda con mucha admiración y cariño.
Perrihija
“Ella era la adoración de mi marido, era su hija. Una vez le dijo un señor ‘tu perro’ y él le dijo ella es mi hija’”, Rosa Agüero.