Con una riñonera y un recipiente térmico de plástico, Diego Armando Pérez recorre las calles ofreciendo bollos. Conocido popularmente como “el borracho de la arbolada”, su nueva faceta sorprendió a muchos. Fue captado por Jeremías Lezcano, quien lo grabó en plena venta y compartió el material en TikTok, donde el video rápidamente empezó a circular.
“Ahora me estoy dedicando a vender bollos para darle ejemplo a los chespis”, comentó Diego, dejando en claro que quiere demostrar que es posible salir adelante.
Su historia no es nueva para la gente. Diego alcanzó notoriedad en abril del 2009, cuando ocurrió un accidente de tránsito en Villa Elisa. En ese entonces, el periodista Freddy Valenzuela lo entrevistó y sus declaraciones, cargadas de frases insólitas y espontáneas, lo catapultaron a la fama internacional. Hasta Bad Bunny compartió un video suyo.
“Me hizo volar, y yo volé de él, pero volé de él a caer por la arbolada; y él voló y se estrelló acá por la pared, y se reventó todito; y empezó a acelerar, y vino otro auto a toda velocidad, y su moto se fue a la puta”. Aquellas palabras, dichas entre risas y gestos, recorrieron las redes sociales y lo convirtieron en un personaje viral.
Hoy, varios años después, la imagen de Diego vendiendo bollos genera otra mirada. Muchos lo ven como un ejemplo de superación, pues decidió alejarse de los vicios que lo marcaron durante mucho tiempo. Si bien en su momento él mismo reconoció que no dejaría la bebida, ahora demuestra que encontró un camino distinto para sostenerse y salir adelante.