La expresidenta argentina y actual senadora Cristina Kirchner fue procesada, como presunta jefa de una banda que se dedicaba a cobrar coimas, durante su gobierno y en el de su marido Néstor Kirchner, en el marco de la investigación conocida como “Los cuadernos de la corrupción”, informan medios locales.
El juez del caso, Claudio Bonadio, dispuso la prisión preventiva de la exmandataria, cuyo cumplimiento está condicionado a su desafuero, según advirtió el propio magistrado, quien además le trabó embargo sobre sus bienes por 4.000 millones de pesos (Casi G. 600.000 millones).
Cristina “fue formalmente acusada de dirigir una asociación ilícita, de ser coautora de recibir dádivas en 22 hechos y de cohecho pasivo (cobrar coimas) en cinco hechos”, indicó Clarín, que accedió a la resolución judicial de 551 páginas.
El juez Bonadio procesó a 42 personas en la causa por corrupción en el exministerio de Planificación, que estaba encabezado por Julio de Vido, hombre de confianza de Cristina, a quien se le atribuyen 4 hechos, por estar sindicado, junto con Roberto Baratta, de ser organizador de la asociación ilícita y cohecho pasivo. El segundo era secretario coordinador y se lo acusa de 90 hechos. A ambos se les dictó la prisión preventiva y se les trabó un embargo de 4.000 millones de pesos, para cada uno, apunta el medio del vecino país.
Kircher se expone a una eventual condena de 10 años de cárcel y a la prohibición perpetua para ejercer cargos públicos.
“Los cuadernos de la corrupción”
Se trata de 8 cuadernos universitarios, cuadriculados, a espiral, en los que Óscar Centeno, chofer de Baratta, había anotado todos los detalles de las cantidades y movimientos de funcionarios y empresarios, además de los recorridos en un auto con su jefe para recoger y entregar bolsos repletos del dinero que provenía de los sobornos por obras públicas.
El registro se inició en el 2005 y se interrumpió en octubre el 2010, tras el fallecimiento del expresidente Néstor Kirchner. Pero, lo retomó en el 2013, hasta el 2015, según datos de la prensa local.
Un periodista del diario La Nación de Buenos Aires accedió a estos cuadernos, los escaneó y analizó, para entregar las copias a la Justicia y luego fueron publicados.