Claudio Nelson Rodríguez es el nombre del músico que decidió hacerle una canción a uno de los narcotraficantes más conocidos en nuestro país, Reinaldo Javier Cucho Cabaña, acusado de presunto tráfico de drogas, provisión de medios de transporte para el narcotráfico, asociación criminal, comercialización y lavado de dinero.
Lo que llamó la atención de los internautas es que en la canción titulada Esta es la historia del berilo que me atraparon sin prueba alguna trata al preso como casi a un superhéroe luego de los cargos que pesan sobre él.
EXTRA contactó con Rodríguez quien explicó el motivo de esta polémica composición: “Al señor Cucho Cabaña lo conozco desde hace muchos años, es vecino mío. Como músico nos contrataba para todos los eventos de su familia, con decirte que nunca he faltado a ningún cumpleaños ya sea de sus hijos, su señora, sus padres, suegros y amigos; es decir, considero un privilegio que hasta ahora sea su músico”.
No le va a juzgar
El líder del Mariachi Internacional dejó en claro que no va a entrar a juzgar a su amigo del alma a pesar de las malas noticias que giran a su alrededor.
“Aproveché para poder homenajear a quien tantos años me dio trabajo y creo que en tiempos difíciles debemos demostrar nuestra gratitud a las personas y él está pasando por un difícil momento en su vida y como padre de familia me puse en su lugar; separado de sus hijos”, mencionó en la entrevista.
No cayó bien
En Facebook varias personas salieron a decir que la composición del músico no tiene sentido porque está elogiando a una persona que tiene cuentas con la Justicia, más allá de ser su amigo. “Lo único que falta ahora es una novela para romantizar a los delincuentes, y luego vasos y tazas con la cara de Cucho y un corazón”, escribió Kyse Kuru.Por su parte, Juan Centurión expresó: “Este subgénero es conocido como NARCO-CORRIDOS y se componen para ensalzar a los capos narcotraficantes. Lamentable que aquí en Paraguay el narcotráfico esté tan naturalizado”.
La letra de la canción
De la sala del juez de un tribunal, voy subiendo al minibus rumbo al penal con escolta y larga fila, un escuadrón, se oye el sonido de la sirena ya un montón.
Se abrió el candado, parezco un criminal, como una fiera sigo entrando en el penal, ningún consuelo, solo el llanto para el nuevo huésped que este infierno lo llamó.
Y mientras tanto algunos lobos del Gobierno vienen robando impunemente y sin piedad, siempre en chicana evadiendo a la Justicia y devorando en pedazo a mi nación.
Por qué a mí me quitan todo lo que tengo, hasta llevaron la mascota del galpón, y los que roban el futuro de los niños siguen en silencio sin castigo y sin prisión.