“El fútbol con los perros, qué linda actividad, porque lo que las mujeres odian tanto que sus parejas se vayan a jugar fútbol con los perros. Una pues no entiende por qué supuestamente están haciendo deporte o sea, la panza de cervecero va a disminuir y va a tener mejor rendimiento”, explicó con humor.
Hasta la madrugada
Ginzo afirma que en realidad los muchachos solo ejercitan un brazo en el tercer tiempo, cargando en su vaso y saboreando la rubia espumante, mientras debaten sobre fútbol o recuerdan anécdotas.
“Cuando empieza a chupar olvidate, a las 10 de la noche ya luego se queda sin batería y después los muchachos no te dejaban que se vaya, ellos pues luego son sus jefes. Y ahí es donde empieza la tragedia porque la patrona ya no quiere dar permiso porque vos le decís, mi amor me voy al fútbol y mínimo volvés a las 3 de la mañana, entonces, no es me voy al fútbol decí bien nomás que salís con ropa deportiva para chupar sin límite”, agregó.
A las chicas les encantó el comentario de Ginzo, pero los muchachos le pidieron que no se meta con el tercer tiempo.