Ricardo Rodas Vill habló con Pelusa acerca de un pintoresco episodio que le tocó vivir durante sus inicios con Humberto Rubín.
A la edad de 20 años comenzó como pasante en radio Ñanduti. “Yo era muy especial. Humberto me daba el famoso estirón de orejas si es que no prestaba atención a sus enseñanzas, yo pensaba que no me tenía paciencia y eso me daba un poco de miedo”, comenzó diciendo.
“Tanto era el miedo que le tenía a él que en una ocasión tenía que hacer la parte comercial para su programa y había una palabra que era muy difícil para mí, y no podía pronunciar, era imposible que me salga. Le miré a Humberto y noté que la paciencia ya se le acabó, dentro de mi desesperación no encontré una mejor salida que hacerme del desmayado para que me perdone y no me mande a la China como siempre hacía, ni en las novelas mexicanas no se vio un desmayo tan bueno como el mío”, relató.
“Hoy en día le agradezco a ese señor por todos sus regaños, gracias a eso hoy en día me encuentro en donde estoy, sigo en los medios trabajando como todo un profesional, y él siempre decía que me exigía más de lo debido porque veía en mí ese potencial y que tenía que sacar afuera todo ese talento para ser un buen comunicador de radio”, explicó el conductor al diario Extra.