27 may. 2025

En Japón no hay Uber

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Quiero decir nomás que en Japón (país donde vivo) no existe el UBER. Vos dirás que fue el gobierno que impidió esto, la respuesta es no, resumiendo, en Japón simplemente no existe UBER porque cuando trataron de implantar este sistema los taxistas le dieron cha-cha a este sistema innovador, ¿en qué sentido? No hicieron huelga ni se quejaron, les dieron una cátedra de servicio al consumidor tan goleadora que UBER quedó como algo obsoleto. Te explico, imagínate un lugar donde el taxi es más barato que el UBER, es más limpio, el conductor te trata mejor y es más fácil acceder a uno de los 250 mil taxis japoneses en minutos, que perder el tiempo usando la aplicación de UBER. Asimismo, UBER fracasó rotundamente porque los taxis de Japón simplemente son mejores. Y vos dirás que ha de ser por la tecnología, y nada que ver, para mantener tu taxi limpio y presentable no necesitás tecnología, tan solo un trapito húmedo junto con la costumbre de limpiar cada vez que un cliente se baje, a eso agregale que la mayoría de los taxis japoneses son de modelo Toyota Crown 1995, autos viejos sí, pero en buen estado. Pero el punto alto de los taxis nipônicos es el trato de los conductores: reverencia de aquí a allá, te abren la puerta, ellos insisten en guardar tu equipaje para que vos no hagas esfuerzo, te tratan con una sonrisa de lado a lado y cobran sin ni un peso más lo que marca el taxímetro.

Por eso el japonés promedio jamás pidió por UBER ¿Para que? Si los servicios de transporte de Japón son los mejores.

No es por la tecnología, es el trato humano o más bien la manera seria y competitiva con la que ellos encaran todo y no es competencia con otros, sino con ellos mismos, en mejorar lo que hacen. En Japón existe una frase que dice: “El cliente es el Rey”. Ellos llevan eso al pie de la letra, acá tratarte mejor mientras te prestan un servicio no es motivo de cobrarte más, acá es una exigencia mínima por usar sus servicios! y si no estás satisfecho te piden disculpas y prometen mejorar, solo para no perderte como cliente, al final el japonés piensa; este tipo es el que consume lo que hago, este tipo es el que paga mis cuentas, este tipo es el que me ayuda a crecer.

Así que yo aprendí de ellos, en vez de trancarle a la competencia digo japir*, vengan atu yo voy a demostrar que soy mejor y si no es así por lo menos voy a perder demostrando lo mejor de mí.

Y esto no se aplica solo al trabajo, sino a la vida en sí: si sabés lo que valés no tenés por qué temer ajéa..