¡Quemil Yambay hay para rato! La leyenda viviente de la música y cultura paraguaya reapareció luego de un buen tiempo en la TV. Visitó el programa de Joel Sandino y Leila Giménez (C9N Paraguay) para hablar sobre su carrera y su vida de artista. Acompañado de su hijo Chahian y con el humor que lo caracteriza, contó que afortunadamente se encuentra bien de salud, tanto que hasta las doñas lo piropean por mantenerse churro a pesar de los años. “La kuñakaraikuera he’i cheve a más que nde tuja, nde porâ”, comentó, desatando la risa de los periodistas y televidentes. Hablando de mujeres, el compositor de Mokôi guyra’i y Lorito óga también opinó sobre el mito que dice que los músicos son mujeriegos. Afirma que los artistas en realidad son enamoradísimos y fieles con sus patronas. “Oje’ente upéa. Yo soy el presidente de la asociación nacional de los Loritos Óga, hetáma ñaime”, soltó con mucho humor.
Hace casi un año Yambay celebró El último sapukái,concierto de despedida de los escenarios, pero afortunadamente para sus seguidores, no se ha alejado de la música. Esta semana el folclorista cantará en el aniversario de San Lorenzo y el 18 de agosto se presentará en el Deportivo Alfonsino, ubicado en Alfonso Tranquera, pueblo donde se crió y malcrió. Nunca olvidará al papaCon más de 50 años de trayectoria artística, Yambay tiene miles de anécdotas, desde sus comienzos en la música, luego de alejarse del fútbol por su problema de la vista. “Antes de nacer yo ya tengo anécdotas, primero estuve en la bragueta de papá y luego pasé a la panza de mamá”, mencionó entre risas.
Pero una presentación en particular Don Quemil nunca olvidará: fue cuando en 1988 tuvo la oportunidad de estar frente a frente con el papa Juan Pablo II. “Cuando vino a Paraguay, Monseñor (Demetrio) Aquino le dijo que yo soy un imitador de animales y el papa quiso verme, le imité al perro, gato, chancho, ere’eréa, y le gustó mucho, ‘basta ya me dijo’ y me abrazó. Luego me envió un cuadro por medio de Monseñor”, recordó el creador de Areko 4 kuña. Chahian también se refirió al recordado encuentro. “Eso fue muy grande, imaginate que ahora Juan Pablo II ya es santo”, agregó.
