Claudia, la empleada doméstica que publicó la lista de tareas que debía de realizar en la casa donde trabajaba, habló con EXTRA y contó del por qué realmente decidió renunciar y aseguró que no fue por los quehaceres domésticos.
“Yo no que quejo del trabajo solo pregunté si está bien aguantar todo por G. 1.800.000, pues el trato que daban me parecía injusto”, dijo la joven de 28 años, oriunda de Yaguarón, Paraguarí.
Cuando la familia la contrató, el trato era tener libre a partir del sábado al mediodía, sin embargo, cuando llegó el día, le cambiaron a cada 15 días, ella aceptó, pues necesitaba el trabajo.
La primera semana era bastante bueno, pero a partir de la segunda semana fue un “infierno”.
“En la casa hay 4 perros y 4 gatos que duermen con los dueños y están siempre en la casa, yo limpio todo, pero antes de que termine, los perros ya orinan y hay que limpiar de nuevo. Si la hija o la señora llegan a encontrar un pelo de la mascota en el piso, te gritan y dicen que no sabés limpiar”, relató.
Según describió, la casa es de dos pisos, con 5 habitaciones arriba y 5 abajo, quincho amplio, patio y 4 baños que diariamente debía limpiar y casi siempre a fondo, debido al olor que quedaba por el orín de las mascotas.
En medio de todo, también debía de cocinar y tener a hora el almuerzo. “Yo ya no quería ir, pero como necesitaba y tengo dos hijas decidí aguantar, pero un viernes me pidió que haga vorí vorí, ya estaba casi todo cuando vio que puse orégano a la comida, vino y echó al suelo la comida y gritando me dijo que en la casa no se come conservantes ni orégano. Le dije que no sabía que me disculpe y limpié todo el desastre”, contó.
Sin embargo, eso le llenó la paciencia agarró sus cosas y le dijo a la patrona que renunciaba, “me dijo muchísimas cosas yo salí llorando de ese lugar”, manifestó.
BUSCA TRABAJO
Actualmente está sin trabajo, y no está encontrando otro, por lo que supone que es por la consulta que hizo en las redes, mostrando la lista de tareas.
“Mi intención no es escrachar a la señora, solo saber si hice bien en renunciar o no. La mayoría me dijo que era una esclavitud tener libre cada 15 días y sobre todo por el trabajo que hacía diariamente”, mencionó.
“Yo solo quiero trabajar, pero donde me traten bien, con respeto. Sé hacer de todo y hago muy bien”, dijo Claudia.