Enfurecida, Yoli Cabral, de Itá, gritó y silbó como nunca antes, el lunes, a su marido al ver que le subía a una desconocida a su moto en la misma parada donde ella estaba esperándole por más de media hora.
Su esposo no la reconoció porque llevaba un enorme y colorido tapabocas nuevo.
“Yo le vi y pillé que era su moto, él no me reconocía porque yo tenía casi toda la cara tapada con mi tapabocas. Pensó que yo era la otra chica porque también era rubia y ella muy sinvergüenza se subió con él”, relató a EXTRA la doña.
La iteña dijo que por culpa de su mascarilla pasó un papelón y que fue burla de todos en la parada.
Al igual que ella, Alfirio Núñez, de Paraguarí, comentó que a causa del uso del tapabocas ya no puede jugar “en paz” la baraja, ya que no se pueden hacer los gestos con la boca, esenciales en el juego.
“Tengo las cejas entumecidas de tanto que quiero que mi pareja se dé cuenta de cuándo es truco, siete de oro o as de espadas. Por ahora estamos probando con palabras claves”, acotó.
Lentes empañados
La queja más frecuente de los que usan lentes es que con el tapabocas se les empaña todo el tiempo el cristal y ya no ven nada.
Raquel Benítez mencionó que se pasa todo el día limpiando sus anteojos porque no ve nada del vapor. “La vez pasada casi me rompí la frente porque choqué por el blíndex de mi trabajo, no veía nada”, relató la joven.
Saludos
Varios coincidieron que uno de los nuevos problemas que tienen durante la cuarentena es el saludo, ya que no saben cómo hacer cuando se encuentran con un conocido y deben evitar darse besos y apretones de mano.
“A veces paso vergüenza porque amago todo para pasarle la mano o darle sus dos besitos a alguien, es una costumbre que me cuesta mucho evitar, sobre todo con gente que ya conocía”, dijo Yanina Brizuela, de Mariano Roque Alonso.
Otros dijeron que inventaron saludos con el codo o los pies para tener el mínimo contacto.
“Agrandó mis orejas”
“Algunos tapabocas tienen la goma muy corta y te estiran hasta más no poder tus orejas. Ahora mis amigos me dicen antena parabólica porque mi oreja parece más grande desde que comencé a usarlos. Es muy desesperante usarlo todo el día”.