Un escándalo que salpicó a Vélez Sarfield saltó nuevamente al tapete esta semana luego de que la Justicia de ashá haya imputado a dos de sus futbolistas por un supuesto hecho de abuso sexual.
El caso se remonta al 3 de diciembre del 2020 cuando Juan Lucero, delantero del Fortín, organizó una farra en su casa e invitó, entre otras personas, a tres de sus compañeros: Ricardo Centurión, Thiago Almada y Miguel Brizuela.
Al día siguiente, una mujer que asistió a la fiesta denunció haber sido abusada apuntando a Juan José Acuña, técnico de un club de ascenso que hasta ahora sigue prófugo.
Los muchachos del club donde es ídolo Chilavert eran solamente testigos, pero tras la segunda declaración de la víctima el viernes pasado la película cambió quedando como villanos Almada, volante de 19 años y Brizuela, central de 24 años.
La señorita involucró a estos y a otra chica de participar en el abuso. La abogada demandante manifestó que en primera instancia su cliente no los nombró porque estaba en shock y debió someterse a un tratamiento psicológico para poder hablar del tema.
El letrado que defiende a uno de los acusados tiene una teoría del por qué repentinamente señalaron a los peloteros.
“Thiago niega totalmente el hecho. Dice que de ninguna manera hubo un acto forzado. Luego la chica cambió su declaración porque Acuña no vende, los que venden son los jugadores”, deslizó.
Una vez imputados, la institución velezana decidió apartar a los atletas de las actividades del plantel hasta que se resuelva la situación.