“Vivo a costa de mi abuelo de 75 años que cobra Tekoporã (G. 530.000) y mi tía que le da almuerzo a mis hijos, pero tampoco no es todos los días”, contó M.J.C. de Asunción.
El coronavirus dejó sin empleo a más de 1.500 paraguayos y golpea duro a las mujeres, jefas de hogar.
Con un dolor en el alma, M. entregó anteayer a su hija de 5 años para que viva con la familia del papá de quien está separada.
El hombre tampoco podía pasarle sustento porque está en cama por una operación y le cuidan sus padres.
M. J. contó que por más que se considera una persona que no se desespera, no tuvo otra opción que entregar su hija. La liquidación de su mamá, empleada doméstica, ya se les acabó.
Vende congeladora
Candelaria F, vendedora ambulante de tortas de Limpio, comentó que puso a la venta en grupos de Facebook su congeladora porque ya no tenía ingreso.
“Ya no hay trabajo y le falta leche y pañal a mi bebé. Me comuniqué con mi gente y me están trayendo ayuda, no mucha pero no me quejo”, afirmó a EXTRA.
Señaló que su publicación tuvo un éxito inesperado porque enseguida le llamaron personas que le hicieron llegar mercaderías.
Una contadora mencionó que tanto ella como su papá tuvieron recortes en sus salarios. “Nos cuesta muchísimo porque no nos alcanza para nada. Tenemos cuentas y las financieras no están perdonando”, afirmó.
Hermanas mantienen la casa
Sandra Vallejos comentó que entre dos están manteniendo a ocho personas, incluidos niños, en su casa en Buena Vista, Caacupé.
“Mi hermana se va en la parte de atención al cliente de una telefonía y yo hago contabilidad desde mi casa”, relató. Explicó que en su barrio hay un coordinador de capilla que visitó casa por casa ayer para saber cuántos están e invitarles para hoy a una comilona.