Deportivismo y no macana se vivió en las Olimpiadas Tokio 2020 ayer, con el Italiano Gianmarco Tamberi y el catarí Mutaz Essa Barshim, quienes decidieron compartir antes que competir por la presea dorada.
Los atletas terminaron igualados en salto de altura, superando los 2,37 metros en un empate perfecto. Entonces el juez les explicó la situación. O era volver a saltar una vez más o dejar las cosas como estaban. Entonces los dos competidores se miraron con la complicidad propia de una gran amistad, para finalmente estrecharse las manos y celebrar juntos un logro que será uno de los más recordados.
Para Barshim conseguir el oro es completar su medallero, luego de haber logrado el bronce en Londres-2012 y la plata en Río-2016. Y para Tamberi, es su debut en el podio, tras ganar el título mundial 2016 y el europeo ese mismo año en esta disciplina.
Es así que 113 años después se volvió a ver un oro compartido, tal y como había ocurrido en 1908 con los estadounidenses Edward Cooke y Alfred Gilbert, en los Juegos de Londres.
Casi casi
El que se quedó con las ganas fue el bielorruso Maksim Nedasekau, quien logró saltar unos 2,39 metros, sin embargo no logró derribar el listón dos veces, tuvo que conformarse con la medalla de bronce y el consuelo de estar en un podio para la historia.