Un medio brasileño se hizo eco de las visitas a Paraguay de pastores que llegan para “curar” la homosexualidad mediante torturas.
Estas sesiones pueden ser psicológicas, como hacerte repetir “Dios me creó hombre” o físicas como shocks eléctricos cada vez que uno se excita viendo porno gay.
En Filadelfia (Chaco) recurrieron a esta tortura eléctrica y todavía no se individualizó a los responsables, declaró a EXTRA Simón Cazal, director de Somos Gay. También hay una “clínica” similar en Pilar.
“Hasta el momento no se abrió una investigación seria. No sabemos todavía cómo funciona esa clínica que está ahí ni cuál es su alcance”, dijo.
El portal brasileño www.apublica.org, en base a la investigación de El Surtidor, de Paraguay, publicó la historia de Osmar Ortiz. Él buscó en iglesias una cura para algo que en realidad no es una enfermedad.
“Conoció a un grupo de hombres homosexuales que se reunía una vez a la semana en el Jardín Botánico de Asunción”, resaltó el material.
Jugaban fútbol para “hacerse más hombres” y discutían los “pecados” de la homosexualidad.
“Allí también tuvieron que confesar si se masturbaban, si miraban pornografía, si pensaban en hombres”, indicó el artículo.
Ortiz se quedó siete meses y con el tiempo el grupo se dispersó. Contó que uno de los jóvenes que asistió a las reuniones se quitó la vida en 2014.
¿Usan plata estatal?
Estos pastores llegan a Paraguay en muchos casos con dinero público, denunció a EXTRA Simón Cazal, director de Somos Gay.
“Hay autoridades públicas que participan de la promoción de estos encuentros. En el periodo del expresidente Horacio Cartes, él participó abiertamente”, afirmó.
Recordó que la Gobernación de Alto Paraná también aportó dinero para traer a varios de estos pastores que “ganan plata torturando gente”. Según el informe, también Nicanor llegó a asistir a una conferencia.
“Cuando tenía 17, mi familia en principio tomó bien mi decisión pero, en su miedo, como la sociedad presionó, me mandaron junto a un padre capuchino. Te hacen sentir que sos lo peor del mundo. Finalmente, me ayudó una psicóloga que me dijo que eso no debería estar permitido”, mencionó al respecto Diego Bazán, de Asunción.
“Como vivimos en una sociedad muy cerrada y patriarcal, entonces es difícil que se acepte. Pero primero yo me tengo que sentir bien y no buscar que los demás me acepten. Yo decido ser feliz de esta manera y no me debe afectar la forma en que convivo. La homosexualidad es una decisión”, afirmó por su parte la psicóloga Gloria González.
En 1990, la OMS eliminó a la homosexualidad de la lista de enfermedades mentales. Esto fue 28 años después de que la Asociación Estadounidense de Psiquiatría hiciera lo mismo.