El diputado Carlos Rejala se ganó ayer aplausos y críticas tras anunciar que presentará en unas semanas un proyecto de ley para castigar con castración química a abusadores, violadores y feminicidas.
“Esta problemática ya destruyó la vida de varias personas en nuestro país. Es importante para nosotros encontrar alternativas de solución que puedan darle una respuesta inmediata a los que sufren esto”, argumentó el legislador independiente.
Señaló que su proyecto no es improvisado y que se está asesorando con psicólogos, médicos y otros profesionales que afirman que la castración es “98% efectiva” en la disminución de casos de violación.
“Este proyecto no es populista como afirman muchos, yo soy padre y me duele en el alma ver cómo mueren niñas y adultas por día por este delito”, alegó Rejala.
Antecedentes
No es la primera vez que se presenta un proyecto de castración a violadores.
En 2017, el diputado liberal Édgar Ortiz ya había presentado una iniciativa de ley similar que buscaba la castración química y más años de cárcel para los abusadores.
El proyecto no prosperó, ya que una de las cláusulas del Pacto de San José por los Derechos Humanos, del que Paraguay está regido, prohíbe esta práctica, ya que lo considera “un atropello a la integridad humana”.
La Sociedad de Psicólogos del Paraguay mencionó que, si bien la castración química ya tuvo resultados positivos en algunos países de Europa, no es totalmente fiable que funcione, ya que sostienen que las violaciones y los abusos son cometidos por “problemas psicológicos” y no fisiológicos.
Dijeron que la mejor forma de evitar más casos es aumentando la pena carcelaria a los violadores y controles psicológico.
Otra niña abusada
Hace unos días salió a luz el caso de una nena de 4 años abusada por su propio papá y abuelo.
Sonia Pereira, fiscala que investiga el caso, contó a EXTRA que la niña delató que su abuelo materno y su papá le tocaban las partes íntimas cada vez que jugaban y quedaban a solas.
La madre de la niña negó que su padre fuese un violador, pero reconoce que el papá de la nena sí la tocaba, además de maltratarla.