Los pobladores de la compañía Itapiru de Arroyos y Esteros que viven cerca del cementerio están con mucho miedo. Es que un hombre fue enterrado en el camposanto el lunes: el día del sepelio supieron que había muerto por COVID-19 y no por neumonía, como en principio se informó.
“Una doctora me llamó y me dijo que yo debo dejar mi casa e ir a otro lugar, pero cómo voy a hacer eso, si acá tengo todos mis animales, en realidad no tengo dónde ir. No quiero ir a la casa de mi mamá porque no sé si tengo o no el virus y no quiero contagiarles porque ahí vive también mi abuela. Solo a mis hijos les mandé ahí ese lunes, pero no puedo dejar mi casa”, dijo a EXTRA una de las vecinas que vive casi pegada al cementerio.
Otras 9 familias también están en la misma situación. Se reunieron y pidieron a las autoridades que lleven el cajón del difunto a otro cementerio. Alegan que así vivirán más tranquilos. “Pedimos a la municipalidad que lleven otra vez el cuerpo a otro lugar, pero nadie nos hace caso, nosotros tenemos muchos miedo”, agregó la afectada, que prefirió el anonimato.
Jefe comunal
El intendente Lázaro Ovelar afirmó que está al tanto del pedido de los lugareños y que realizó sus averiguaciones. Le dijeron que no es peligroso que el cuerpo esté dentro del panteón, porque cumple con el protocolo de estar en un ataúd sellado y porque está rodeado por paredes que tienen un grosor de 15 centímetros. “Entiendo que tengan miedo los pobladores, pero eso es lo que me dijeron a mí”, señaló el jefe comunal.
Agregó que las dos entradas a la compañía ya están bloqueadas y que está hablando con responsables de la SEN para llevar víveres a las familias de la zona, para que no les falte nada.
En Clínicas, diez médicos están en cuarentena
El doctor Lilio Irala, vocero del Sindicato Nacional de Médicos, contó que los 10 médicos que tuvieron contacto con el paciente proveniente de Arroyos y Esteros están en cuarentena.
Explicó que los familiares del hombre habían dicho que padecía de leucemia y negaron los síntomas del COVID-19, pero los médicos sospecharon que contrajo el virus y le sometieron a dos pruebas: la primera dio negativo y la segunda positivo.