Los conductores de plataformas a veces se meten en aprietos porque realizan viajes “especiales”. Como Julio A., quien tuvo que cubrir a una pasajera que espiaba a su marido.
“La chica se subió y ya me dijo que me iba a pagar bien, pero que necesitaba quedarse al menos una hora frente al trabajo de su esposo”, reveló el conductor de Bolt. Estacionaron frente a la empresa y permanecieron allí una hora y media.
“Lo que entendí fue que el tipo le dijo que iba a salir más tarde del trabajo y ella quería saber si de verdad estaba ahí”, apuntó el chofer.
Vieron al señor salir del edificio y luego lo siguieron. “El pobre tipo se quedó en la parada esperando su colectivo y nosotros ahí espiándole por si se encontraba con alguien más”, dijo Julio.
Novio tóxico
Bruno, conductor de Uber, recibió un pedido raro de parte del novio de su amiga.
El muchacho le pidió que se encargue de llevar a su novia a San Lorenzo. El joven parecía estar muy preocupado por la seguridad de la chica.
El mensaje decía: “Ella va a estar en San Lorenzo, te encargo. Hay mucho miedo con el tema de los Bolt ahora solo por eso te diré esto: le pasé la ubi a un amigo policía de la zona. No intentes nada (con la novia) por favor”.
Bruno compartió esta experiencia en un grupo de WhatsApp que tiene con sus colegas. A todos los conductores les dio la impresión de que se trataba de un novio tóxico que controla las salidas de su pareja.
Pilló a sombrero
Miguel fue a buscar a unos pasajeros de un bar de Fernando de la Mora. Mientras esperaba pilló a la novia de su amigo besándose con otro tipo.
“Pensé mucho sobre qué iba a hacer y finalmente le conté y había sido él ya tenía sus sospechas”, dijo.
Por ser un buen amigo, Miguel se convirtió en el chofer oficial de su siguiente novia. “Ahora ya tiene una nueva novia y desde lo que pasó solo yo me encargo de llevarle y buscarle de todos lados”, manifestó.