A Mirtha Gómez (36) ya le es imposible seguir pagando el combustible para viajar todos los días de Limpio a Asunción, por eso decidió dejar de usar su vehículo.
”No me da el cuero, así de simple es. Varias veces usé mi tarjeta de crédito, pero no puedo endeudarme para cargar combustible”, dijo.
La señora señaló que luego de muchos años volvió a usar el colectivo. “Tuve muchas malas experiencias en el micro, me robaron, me tocaron, por eso me esforcé en comprarme un auto. Ahora me duele en el alma tener que volver a eso”, lamentó Gómez.
Pedro Cardozo cambió el auto por la moto. “Ahora con el precio del combustible dejé el auto en casa y levanté la moto vieja de papá para ir todos los días al trabajo”, señaló. Cardozo conduce desde Luque a Asunción.
Más sacrificios
Carlos Muñoz, taxista de Asunción, está cargando combustible común (y más barato) a su auto. “A la larga va a afectar a mi vehículo, pero cargo común porque de lo contrario no tengo ganancias. Mi auto no consume tanto, pero los clientes te piden aire acondicionado y no hay tanque que aguante”, expresó.
Juan Carlos Almada ahora descansa menos. Él y su señora tienen sus propios autos, pero ahora solo usan uno. “Pagamos juntos el combustible de un auto. Salgo de mi trabajo a las 18:00 y voy al shopping donde le espero hasta las 21:00”, apuntó.
Conductores de Uber y Bolt protestaron el viernes contra el precio del combustible. El Gobierno anunció que este mes no habrá otra suba.