Julio Olguín (34) es un joven que por primera vez le toca vivir la veda pesquera con crecida de río incluida, pero la necesidad no espera los 40 días de licencia, como bien lo dijo él.
Así que se las ingenió para armar un mostrador hecho de pallets para poner a la venta jugos naturales a los comensales que lleguen hasta los comedores de Remanso, en Mariano Roque Alonso.
“Como los comedores no van a cerrar, presentamos una alternativa para los clientes. Además para aplacar el calor”, explicó el hombre.
Olguín además ofrecerá su talento para deleitar a los que visitan el lugar, con su música. “Por suerte, también soy músico. Recorro los diferentes comedores de acá y ofrezco mis canciones. Gracias al puesto de jugo y a la música, vamos a intentar salvar el día. Se vienen días difíciles”, expresó.
Hasta ayer, el Ministerio del Ambiente dispuso la venta de pescados, por lo que las vendedoras también tendrán que ingeniárselas para sobrevivir durante este período. Doña Fátima Oviedo (50) es una de ellas. La señora se ofrecerá como limpiadora en algunas casas particulares.
“Changuitas lo que vamos a buscar, porque hace tres años ya no cobramos el subsidio que solíamos tener y hay que comer”, indicó la mujer.
Doña Carmen Bobadilla, antigua vendedora de pescados, ya tiene más de 30 vedas encima y sabe que se acercan “tiempos de vacas flacas” y ahorró un poquito.
“Vivimos exclusivamente de esto”, indicó la propietaria de la pescadería Romero.
Numerosas personas se acercaron ayer al sitio para adquirir las especies, pero a Estela Núñez le preocupa los más de 100 kilos que tiene en la congeladora.
“Nosotros congelamos y guardamos. Los pescados se pueden conservar hasta seis meses por ahí. Pero la calidad ya pierde un poco”, explicó.