“Ah, no sos tan fea”, le dijo un paciente a la Dra. Zulmi Aranda (36), jefa de sala de terapia de la parte clínica del Hospital Regional de Pedro Juan Caballero.
Como ella usa tantas cosas por el rostro y ya que el traje le deja cinco veces una talla aumentada, ella tuvo la brillante idea de colocar una foto suya en su pecho para mostrarse por dentro.
“El trato humano hace la diferencia porque la confianza del paciente hacia el médico genera inmunidad y eso está comprobado”, refirió. Dijo que a los pacientes hay que tratarles con cariño, como le gustaría a uno ser tratado en esa situación en la que uno está “sin hablar, amarrada y sin poder respirar”.
“Nosotros entramos junto a ellos y les ponemos música, les hacemos escoger el estilo que les gusta y, como no tienen televisor ni radio, puede ser desesperante sumado al sonido del monitor”, afirmó.
Todo inició cuando tuvo que atender a un paciente que era un conocido suyo. Con su foto tuvo la idea de hacerle saber que era ella la que estaba con él.
Sedantes
Aranda explicó que al momento de darles los sedantes ella les explica lo que les va a hacer, que van a dormir y que probablemente cuando se despierten van a tener un tubo en la garganta para que no se asusten.Destacó que durante el último mes estuvieron con la terapia llena de pacientes por primera vez desde que la habilitaron en mayo.
Cara con marca de impotencia
Viéndose al espejo con la cara marcada por la mascarilla, a la Dra. Zulmi Aranda le dan ganas de pegar ese retrato por el poste de la ANDE de todos los que están llorando por no poder salir “a tomar cervecita en sus grupos”.
“También me genera felicidad porque a pesar de que me duela un poco la cara y me cueste usar maquillaje y ropa decente por horas, porque estamos haciendo el bien por otras personas”, dijo.Pidió que cada uno cumpla con su función siguiendo el protocolo.