Aquellas tierras fueron teñidas de sangre cuando en junio del 2012 un desalojo terminó con la muerte de 11 campesinos y 6 policías.
El suceso que enlutó a Marina Cue y conocido como la Masacre de Curuguaty, dejó dolor y mucha incertidumbre en más de 120 familias.
Ocho años después, los pobladores buscan reconstruir el lugar y para ello recurren a la pasión de multitudes: el fútbol.
Poco a poco la zona se va convirtiendo en un centro comunitario donde uno de los proyectos es la creación de una escuelita de fútbol.
“La idea es ver a nuestros niños felices, demasiadas cosas feas ocurrieron acá y queremos que sea un lugar histórico”, dijo a EXTRA Arnaldo Quintana, un humilde agricultor y aficionado del balompié, quien también milita en filas del Deportivo San Luis de Yvy Pytã.
Quintana comentó que gracias a la predisposición de un empresario, de nombre Víctor González Acosta, están viendo el tema de la construcción de la cancha reglamentaria.
Falta ayuda
“Tenemos ya el terreno y una parte que se donó, pero necesitamos tractores para limpiar, eso es lo que ahora nos falta”, contó.
El futbolista incluso planea venir hacia la capital del país para capacitarse. “El proyecto es irme a Cerro para poder ir aprendiendo algunas cosas y después venir a implementar lo que aprendí, pero por el tema de la cuarentena aún no se pudo dar”, afirmó.
Finalmente, Arnaldo asegura que con la llegada del deporte rey aquel lugar marcado por la desgracia al fin podrá borrar parte de su doloroso pasado.