Un extraño hotel sadomasoquista, ubicado en Rosaleda, cerca de Mariscal Estigarribia, en medio de la nada, reveló los extraños gustos sexuales, especialmente de los europeos, que llegan ahí.
El nombre de Jazmín se hizo altamente popular en las redes sociales debido a esto.
A nivel judicial, la Fiscalía ya se encuentra echándole un ojo a las compus incautadas en la ya conocida como La casa de la alegría.
Esto, para confirmar o descartar el motivo por el cual llegaron hasta ella: saber si hay realmente o no, niños explotados sexualmente en el sitio.
Pero lo que más llamó la atención del rollo, no fueron las imágenes que transmitían puro dolor con solo imaginar lo que pasaba allí, sino la página web de los alemanes, donde daban a conocer el rol de Jazmín dentro del “negocio”.
En el sitio web dieron a conocer una serie de reglas donde trataban al visitante como esclavo y a Jazmín como My Lady, quien actúa de domadora de los esclavos.
En la página también invitaban a los clientes a contar sus experiencias, que debían ser publicadas por los administradores, luego de las visitas a su extraño h
Los que ligaban debían hacer esto:
- Si el esclavo habla con la amante, debe decirle My Lady.
- Debe tener los ojos bajos en presencia de ella y no debe mirarla a los ojos.
- Tan pronto como Jazmín ingrese a la habitación, debe ir a la “posición de esclavo”.
- Debe soportar castigos de cualquier tipo con gratitud y valentía.
- Jazmín puede posponer o preferir sanciones y aumentar o extender la sentencia a voluntad.
- Tiene estrictamente prohibido realizar tareas a medias o responder provocativamente.
- Debe ser sumiso y útil a terceros, hasta donde la amante lo desee.
- Tiene que hablar solo a pedido, o si tiene una pregunta para su amante debe arrodillarse.
- Es amante en cualquier momento disponible.
- No puede tocar su cuerpo con gusto u obtener satisfacción por sí mismo.
A ellos les gusta más sentir dolor
El tema removió el interés en ese raro ámbito que Las cincuenta sombras de Gray instaló años atrás. El sexólogo Juan Javaloyes indicó que en Paraguay la gente es un poco más tranqui, pero de que hay, hay; y más frecuente en hombres. “Se hacen golpear los testículos, aprenden de chicos al ser golpeados tanto, que los golpes les son placenteros”, explicó. Agregó que “hay gente que pide luego que se le pegue por la cara, por la nalga, que le deje la marca de la mano”, manifestó.
Culparon al vecino
La fiscala Irma Llano comentó que los alemanes llegaron a preguntar si un vecino fue el que les contó sobre el lugar, pues poco antes tuvieron un conflicto con el hombre, cuyo nombre no trascendió.