Con equipos más adecuados, hoy se retomará la excavación en la casa de Rocío Soledad Chaparro, la mujer desaparecida desde el pasado 3 de diciembre.
El martes fue allanada la vivienda en Luque, y el marido de la doña, Jonny Walker Cano, quedó detenido.
Los agentes de la Fiscalía, bomberos voluntarios y de la policía empezaron con las tareas de búsqueda en toda la casa, pero se centraron en un pozo de 9 metros de profundidad a medio cubrir. Lo primero en encontrarse fue una soga y cabellos largos.
Sin embargo, con el correr de las horas, en el baño hallaron 17 dientes, que debían ser analizados por Criminalística. La versión de Cano sobre el origen de esas piezas humanas dejó muchas dudas.
“Dijo que eran de sus hijos, al final dijo que eran de él, a cada pregunta entraba en contradicciones”, mencionó a la 1020 AM el comisario Gustavo Moreno, de la Comisaría de Isla Bogado, Luque.
Además, en el auto del sospechoso encontraron tres ropas de la desaparecida. “Presentan algunos indicios que van a ser sometidos a estudios laboratoriales para saber qué clase de manchas son”, añadió el jefe policial. Los trabajos se suspendieron anteayer por un riesgo de derrumbe.
Todo muy raro
Jonny Cano dijo que la última noticia que tuvo de su esposa fue un mensaje en que ella le decía que estaba por pasar a Bolivia y que se iba a Perú con un “amigo” de ambos, de esa nacionalidad. Pero ella a su gente no le dijo nada.
El marido dijo que ese hombre, identificado como Alberto Castillo, solía practicar payé, y que supuestamente él fue el que le convenció de cavar un pozo hace siete meses, para buscar plata yvyguy.
De esa manera quiso desvincular la presencia del pozo con la desaparición de la doña. Los tres hijos, menores de edad, están ahora bajo el cuidado de un familiar.