El caso de supuesto “gatillo fácil” en Limpio, en el que un joven quedó con la mano destrozada, pasará a la Fiscalía de Derechos Humanos.
Son investigados los policías Florentín Yegros y Diego Carrillo, de la Comisaría 9na. Central.
Mientras tanto, Luis Cords continúa internado en el Hospital de Luque, indicó su hermano Ariel Cords, desmintiendo así a la comisaria Elena Andrada, quien dijo ayer a un canal de tevé que él había salido de alta.
El joven que manejaba el auto abordado por la policía por supuestamente hacer cinco vueltas en “trompo” ya perdió un dedo a causa del disparo de escopeta con balín de goma.
“Le va a afectar porque él trabaja en una máquina de hacer tejido, también estudia y tiene una hija”, añadió en contacto con EXTRA el familiar. “Se puede quedar con secuelas del golpe que recibió también”, dijo por el corte que presentó en la cabeza. Ayer y el lunes se manifestaron los parientes de Cords frente a la sede policial.
Versiones opuestas
La Policía sacó el domingo un comunicado diciendo que el hombre se bajó de su auto, se “abalanzó” sobre los polis y hasta intentó sacarle la escopeta a uno.
Pero la familia del joven aseguró que el uniformado disparó sin mediar palabras. Basándose en un video de circuito cerrado, reclamaron que no hubo tal forcejeo.
El comisario Lidio Castiñeira, de la Comisaría 9na., sostuvo en entrevista con NPY que el disparo no fue intencional y que “si vos no forcejeás con ese policía, con su arma, no se va a producir un disparo accidental”.
Sobre el accionar de sus subordinados, manifestó: “Habría que ver si había otras medidas que podían ser tomadas en esa situación”.