Un verdadero misterio gira en torno a la muerte de un abuelito en la comunidad indígena Ypachí de la colonia Mariscal López.
Situada en el distrito de Yhú (Caaguazú), la pacífica comunidad recibió la visita masiva de agentes de Investigación de Delitos y la Fiscalía tras el salvaje fin de Segundo Sosa. El hombre de 83 años no poseía documentos de identidad, pero fue reconocido por su sobrino Reinaldo Aquino Benítez.
Aquino Benítez, quien es cacique de la comunidad, lo halló tendido en un colchón de su precaria vivienda cerca de las 10:00 de la mañana del sábado.
El comisario Marcelino Espinoza dijo a EXTRA que el anciano era indigente, que vivía solo y que apenas salía de su casa, por lo que su muerte sorprendió a muchos.
Varios rumores empezaron a surgir al conocerse los estremecedores detalles de cómo lo habían matado. Según datos manejados por los investigadores, Segundo mantenía una relación con una mujer que se dedicaba a la magia negra.
Ante esta situación, aparentemente muchos en la comunidad asumían que él también se dedicaba a la hechicería, algo que de acuerdo a la cultura ancestral, es un pecado mortal.
El informe forense determinó que el cadáver tenía 12 horas de rigidez cadavérica, tiempo en el que sería imposible que fuera carcomido por animales o alimañas de la zona.
El médico forense Freddy Muñoz explicó que su deceso se dio a consecuencia de una profunda herida de arma blanca que llegó a perforar su cerebro.
“Una de las heridas era al nivel del ojo izquierdo. Eso penetró hasta el cerebro, ocasionando su muerte por un traumatismo craneoencefálico severo”, detalló Muñoz.
La herida presentaba dos centímetros de circunferencia y 16 de profundidad con la ausencia del globo ocular. También se le cercenó la nariz y el dedo meñique de la mano derecha.
10 cm de corte en la mano. Además del profundo corte en el ojo, el cuerpo del abuelo presentaba también otro corte de 10 centímetros de largo en la mano derecha, detalló el médico forense tras la inspección.
“El ojo izquierdo estaba ausente, nosotros revisamos toda el área y no hallamos el ojo, la nariz ni el dedo”, expresó el forense.
El profesional mencionó que la herida del dedo meñique mostraba cortes muy finos y lisos, compatibles a la acción de un cuchillo u otro objeto punzocortante. “Cuando se trata de heridas por bichos o animales, las heridas tienen bordes irregulares”, comparó.
Mataron a payesera en el 2014
Un hecho similar ocurrió el 15 de septiembre del 2013, cuando 5 caciques asesinaron a una payesera: Celina González Benítez. Nelson Rafael Duarte, Wilson Centurión, Narciso Morínigo, Jorgelino Aquino y Carmelo Martínez llevaron a la mujer a un bosque donde la ahorcaron y luego enterraron. El cuerpo fue hallado el 29 de enero del 2014. Ellos fueron condenados a abandonar la comunidad y migrar a otras donde las aceptaran.