15 dic. 2024

Compran bombachas chuchis, pero no pagan

Emprendedora se lamenta los “clavos” que le dejan. Si les reclama, las clientas le bloquean.

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Cada mes, Mirian trata de recuperar su plata, pero la clienta le bloqueó hace meses.

Mirian Ayala (33) de Limpio hace cuatros años que se dedica a vender lencería por catálogo para hacer un “extra” a la par de trabajar en un sanatorio.

Pero nunca faltan los akãrasy en cada emprendimiento y ya se quedó con más de un clavo.

“Resulta ser que, como es difícil vender al contado, siempre hago en dos pagos. Tengo clientas que me deben mucho antes de la pandemia”, contó a EXTRA.

La joven lamentó que sean las clientas quienes se enojan cuando ella les requiere. “Está bien que quieran ponerse sexy para su novio, pero que paguen na”, se plagueó.

Una de sus clientes que se hace de la ñembota se llama Rosita, ella dejó para su colales de algodón, corpiños con encajes y hasta un baby doll (tipo camisón), incluso le llevó hasta Villa Hayes.

“Me dio G. 50.000 y me debe G. 360.000”, detalló.

En tanto que una tal Figueredo, sí que le dejó con un clavo de G. 310.000.

“Ella me entregó G. 150.000. Me debe desde hace dos años. Tienen para farrear, pero no para pagarme”, se quejó.

Ayala sigue vendiendo, pero con más recaudo. Porque ni los escraches le sirve de mucho.

“Les reclamo cada mes, pero me bloquearon. Ahora le doy a los que sé dónde trabajan, así únicamente porque ya perdí mucha plata”, expresó.

Algo bueno del negocio es que los muchachos piden para sus chulis, pero son muy buenos pagadores. “Ellos siempre pagan al contado”.

Las más ñarõ para cobrar están entre las funcionarias públicas, las enfermeras y docentes.

“Si no paga, es robo”

Gabriela Martínez es distribuidora de lencería y ropas deportivas que también se venden por catálogo, pero ella es quien entrega las mercaderías a las vendedoras.

Suele tener problemas con sus vendedoras, porque algunas no le quieren pagar e incluso se quedan con la comisión.

“Si no paga, es robo, estafa. Yo les digo que les puedo denunciar”, advirtió. Relató que hay chicas que le dicen que usó la plata de la venta y ya no pueden pagarle en el momento. “Le explico y me pagan a cuotas por la mercadería, así también, nunca más confío”, explicó.