“Mi hijo no tiene nada malo”, fue la respuesta de Silvina Bordaberry; la mamá de un adolescente con discapacidad, cuando los directivos del Instituto Salesiano Don Bosco de Concepción le dijeron que el alumno no podía estudiar en ese colegio por “un problema”.
“Cuando me dijeron mi cara cambió completamente, llegué a casa y lloré toda la tarde y noche, me hice de tripas corazón para que mi hijo no vea lo triste que estaba por la discriminación que le hacían”, contó la mujer entre lágrimas a EXTRA.
Su hijo, un joven de 16 años, tiene un síndrome de retraso madurativo, lo que le impidió entrar temprano a la escuela. Este año intenta cursar el séptimo grado, pero le negaron el acceso al colegio de los salesianos.
“Mi hijo tiene un retraso de 5 años, él piensa y reacciona como un chico de 11, eso no le impide nada, en la escuela es uno de los mejores alumnos y se lleva bien con sus compañeros, nada está mal en él”, dijo la madre.
Discriminación
Según Silvana, el padre Rufino Galeano, director general de instituciones salesianas de Concepción, fue quien le negó el acceso a su hijo.
“Me duele tanto porque es muy hipócrita porque en la misa él predica el amor y la comprensión, pero hace este tipo de discriminaciones”, añadió la mamá.
“Es injusto que se les discrimine tanto en este país a las personas con discapacidad, las mamás sufrimos todos los días la ausencia de derechos para nuestros hijos”, denunció.
El pa’i Rufino dijo a EXTRA que su decisión no fue discriminatoria, sino al contrario, fue para proteger al adolescente.
“Siendo sinceros, nuestro colegio no está preparado, él necesita una atención especial”, alegó el sacerdote.
Cole público cobra matrícula
Varios padres del Centro Regional de Educación “General Patricio Escobar”, de Encarnación, pegaron un grito al cielo el lunes cuando se acercaron a la institución y los directivos les dijeron que tenían que pagar una matrícula de G. 50.000, pese a que el colegio es público.
Los denunciantes afirmaron que los encargados del colegio querían “letradear” ya que en la factura que daban hacían figurar solo G. 20.000 como aporte voluntario al colegio.