Jeremy Rabin tenía diez años cuando vino por primera vez a Paraguay.
Si bien nació en tierra guaraní, a los 9 meses de nacido partió a Estados Unidos, adoptado por el matrimonio Rabin.
En su primera década de vida comenzó la incansable búsqueda del inicio de su historia. Pero sin pistas sobre su origen regresó a EE. UU. con sus padres adoptivos. “Ellos siempre me apoyaron”, afirmó.
Al terminar la carrera de Administración en la Universidad de Conenecticut, decidió retomar su investigación. En 2013 regresó a nuestro país.
“Al volver encontré a una mujer que se hizo pasar por mi madre sabiendo que no era”, relató Jeremy, quien hoy tiene 32 años. Contó que ella tenía otros tres hijos aparte de él, pero nunca quiso hacerse el ADN para confirmar que era su madre.
Entonces, en 2018, él decidió someterse junto a su hermana a dicho examen y salió negativo. “Resultó que ninguno de nosotros éramos hermanos”, lamentó.
La mujer de apellido Díaz admitió que prestó su apellido para poder realizar los trámites adoptivos y que no sabía quién era su madre verdadera.
“No tengo intención de demandar a nadie. No me importa saber qué pasó y por qué. Yo solo quiero saber quién es mi madre”, mencionó el muchacho.
Contó que nació en Asunción el 5 de octubre de 1988 con el nombre de Guido Pascual. A las tres semanas fue entregado a un abogado de apellido Netto.
Hasta los 9 meses quedó al cuidado de una mujer de apellido Gómez de la Fuente, en una guardería. De allí lo adoptó la familia de EE. UU. “Doy los apellidos por si por ahí ve alguien y los recuerda. Y mis fotos de cuando era bebé para ver si alguien me reconoce”, dijo esperanzado.
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