Desde que empezaron a hablar de casorio, Fabián y Luz siempre quisieron que sea algo muy íntimo, así que la pandemia no fue un impedimento para sellar su amor en marzo.
La ceremonia fue en casa de la novia y estuvieron los padres, padrinos y el núcleo familiar. Para la familia extensa y los amigos hubo transmisión por Instagram.
El casorio por civil empezó a las 18:00, después les casó el pastor de su iglesia y, por último, fue el momento de las fotos y los bocaditos. Todo eso duró apenas dos horas. “No bailamos el vals”, recordó Fabián. Ambos están hoy en la dulce espera y felices de su decisión.
Amanda y Francisco se casarán en poco más de una semana. La fecha la definieron a inicios de este año y no la quisieron cambiar.
“Con todas las limitaciones que hay, vimos la posibilidad de tener una misa con la ceremonia, gracias a Dios conseguimos”, contó Amanda.
El casamiento por civil será en la casa que están terminando de construir, un pa’i hará la bendición de la vivienda y luego será el brindis familiar.
“Pensamos hacer un pequeño brindis, muy familiar y guardando todos los recaudos, ya que debemos tener lo necesario para cumplir con la norma sanitaria. No podremos tener muchos invitados, así que será un brindis muy íntimo”, dice Amanda.
La joven cuenta que ellos mismos hicieron las 10 tarjetas, los recuerditos y objetos decorativos.
Ambas parejas tienen en común que dejaron en un segundo plano la organización de la luna de miel. Fabián y Luz todavía no tienen fecha para su viaje, y Amanda y Francisco están viendo qué hacer. “El lugar que sea estará bien, lo que importa es estar juntos”, dice la futura esposa.
En qué cambiaron
El fotógrafo de bodas Mauricio Gennaro cuenta que estas celebraciones cambiaron mucho.
“El ambiente es más familiar, íntimo y ameno, con mayores detalles personales y de gran valor para los novios. Es un poco más relajada en cuanto a ‘estructura de tiempos’, pero con esa intensa energía”, refiere.
Si antes era más común festejar en salones y de noche, hoy prefieren hacerlo al mediodía o a la tardecita, en espacios abiertos. Muchos optan por el civil y la iglesia dejan para otra fecha.
Él y su equipo se hacen cada tanto el test de COVID-19, y orientan a los novios a evitar el contacto con otros en el evento.
Entre risas, Mauricio dice extrañar las fotos sin tapabocas. “Y por supuesto las expresiones y el contacto entre novios e invitados, la esencia misma el día de la boda, la celebración sin restricción de demostraciones afectivas”, añade.