El brasileño Hernandes Oliveira “Mike” Da Silva había simulado su muerte, ya que era buscado por narcotráfico y los asesinatos de tres personas, ocurridos el año pasado en Brasil.
Mandó hacer un certificado de defunción, con fecha del 22 de junio, una tumba en el cementerio y hasta avisos fúnebres, en Paraguay.
Pero el viernes pasado cayó preso en la ciudad de Canelones (Uruguay), donde vivía con documentos a nombre de Ruan Cortes Da Silva.
La policía local lo reconoció por sus fotografías divulgadas a través de Interpol y confirmó su verdadera identidad, mediante el registro de sus huellas digitales, según los informes.