Al día siguiente de que su hermano de 26 años abusara de ella, se animó a contarle a su madre. Pero ella decidió callar y todos continuaron “como si nada”.
Los primeros mareos y desmayos comenzaron a aparecer desde hace un par de meses y ella ya no quiso ir a la escuela. Pero lo que más le dolía no era la panza, sino que su hermanita de 9 años también era víctima del verdugo de su propia sangre.
Los vecinos de una lejana compañía de Capiibary comenzaron a sospechar que algo estaba pasando con las niñas y denunciaron.
“Se constató que ambas niñas estaban siendo abusadas sistemáticamente por un hermano. La de 13 años estaría embarazada de tres meses”, relató a EXTRA el fiscal del caso Russbell Benítez.
El representante del Ministerio Público indicó que la denuncia se recepcionó a través del 147 Fono Ayuda del Ministerio de la Niñez y que gracias a la Codeni actualmente las niñas víctimas están con una familia acogedora, lejos de su agresor y del silencio cómplice.
Benítez detalló que el padre de 50 años fue imputado por omisión de auxilio, además falta al deber del cuidado. Y el joven agresor por abuso sexual en niños.
Ambos se encuentran detenidos a la espera de que el juzgado dé la orden de traslado a la penitenciaría.
“La mamá también fue imputada por omisión y falta al deber del cuidado, pero no pedimos su arresto por estar embarazada”, explicó el representante del Ministerio Público.
Padre abusaba de sus dos hijas
El fiscal Rusbell Benítez López también relató que se presentó otro caso, esta vez en el asentamiento Tapiracuãi Poty (Kore Kue), también en Capiibary. Según los informes, un padre (que tiene 10 hijos), abusaba sistemáticamente de sus dos hijas más pequeñas. En la semana fue denunciado y días después fue detenido por la policía. “Estamos mal en la sociedad. Es casi a diario que recibimos este tipo de denuncias”, refirió el agente.