Con pasacalles, vehículos de gran porte, palos e incluso con escopetas, un grupo de indígenas de Laguna Negra, del distrito de Mariscal Estigarribia, departamento de Boquerón, cerró por casi una semana la ruta Transchaco.
Están presionando con todo para exigir la liberación de Nelson Méndez, acusado de supuestamente abusar sexualmente de una bebé de tan solo 1 año 4 meses.
El terrible hecho ocurrió a finales del 2019, en la comunidad guaraní ñandeva y fue la madre de la pequeña quien hizo la denuncia.
El fiscal de la causa Héctor Velázquez dijo a EXTRA que Méndez se encontraba tomando bebidas alcohólicas en la casa de la víctima y en un momento dado, la madre se fue a la despensa en compañía de otra persona para comprar más cervezas.
En ese momento la niña fue abusada; la mujer encontró a su hija en brazos del señor. Tenía rastros de sangre, muchos golpes internos y tuvo que ser operada.
La madre tomó un cuchillo y persiguió por toda la casa a Méndez, quien tuvo que esconderse para no ser linchado. Horas más tarde la policía lo encontró escondido en un yuyal.
Al confirmarse el abuso de la pequeñita, la Fiscalía imputó al supuesto autor y dispuso su prisión en la Penitenciaría Regional de Concepción. Sin embargo, los líderes de la comunidad alegan que el hombre es inocente, pero tampoco señalan a otra persona como culpable del abuso.
El fiscal refirió que a diario recibe amenazas a través de llamadas telefónicas.
“Me dicen que soy un cachafaz, que por mi culpa el indígena está preso y que yo le envié a la cárcel, me dijeron que nos vamos a encontrar en algún momento”, contó Velázquez, quien alegó que casi cumplieron con la advertencia.
El 4 de agosto, a la altura del kilómetro 494 el grupo de manifestantes secuestró desde las 14:00 hasta las 16:30 al defensor público Orlando Aguiar a quien lo torturaron, y a un antropólogo. El objetivo era la liberación de Méndez.
El fiscal Velázquez logró pasar la barrera rápidamente y afortunadamente no lo atraparon.
Se habla de epidemia de violaciones
La directora de Derechos Étnicos, Dora Penayo, se encuentra muy indignada por la situación. “Es impresionante la cantidad de violaciones en las comunidades y los líderes no dicen nada”, escribió en su Facebook. Penayo dijo a EXTRA que la madre de la menor de edad abusada vive bajo amenazas, incluso de muerte. La profesional contó que en vez de recibir el apoyo de los líderes de la comunidad, ellos la tratan de borracha y que por culpa de ella la beba fue abusada.