Don Arcadio López (69) salió de su casa a eso de las 18:30 del sábado, rumbo a un baldío de gran extensión para ir a traer limones, pero como ya se le hizo de noche, prefirió quedarse ahí. Sin embargo, al día siguiente le agarró la tormenta y el raudal lo arrastró.
Sus familiares comenzaron a buscarlo intensamente, pero sin éxito. Posteriormente, todos los pobladores del barrio San Gregorio, de la compañía 11 Toledo Cañada de Capiatá, iniciaron una búsqueda, ese domingo, pero no había señales de él.
“Nosotros estábamos preocupados, denunciamos en la comisaría su desaparición, había gente que nos decía que se le vio hacia el centro de Capiatá, recorrimos muchísimo, pero nada de él, hasta que el lunes, cerca del mediodía, logramos encontrarlo”, contó Rocío González, sobrina-nieta de don Arcadio.
El desaparecido fue ubicado debajo de un puente, a unos 500 metros de su casa, según la sobrina. El mismo seguía con vida, pero no podía salir porque sus piernas quedaron atascadas con ramas y barro, además estaba muy debilitado.
"¿Por qué llora?”
“Cuando le encontramos lloramos de la emoción, pero él nos preguntó riéndose: por qué llorábamos si estaba vivo”, manifestó la familiar.
El abue escuchaba que lo llamaban, pero él no podía gritar debido a que estaba muy débil ya, pasó dos noches en el lodo, sin comida, agua y con mucho frío. Los bomberos que ayudaron en el rescate mencionaron que es un milagro que esté vivo, dadas las circunstancias en que fue encontrado, hasta su piel ya cambió de color debido a que estuvo mucho tiempo en contacto con el agua y el barro.
Arcadio solo sufrió rasguños. “Ahora es el más mimado y no solo de la familia, sino de todo el barrio. Ya no vamos a dejar que salga solo de la casa”, afirmó Rocío.