05 may. 2024

Día del Trabajador: ¿De qué cosas tenés que preocuparte?

Además de conseguir permiso y de la vaquita hay otros conflictos. Se acerca la fecha más esperada para farrear.

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l día del festejo también sale a relucir algún que otro conflicto interno, según los entrevistados. Atentis a ese comportamiento...

Gentileza

Si en tu trabajo están armando algún almuerzo o cenita para homenajear a los laburantes luego ya tenés que sentirte afortunado. Y si logran organizar (con ayuda de vaquita entre los perros nomás) hora y lugar para farrear, también tenés que agradecer.

Pero el problema está en los pequeños o grandes conflictos que este día puede acarrear a un trabajador.

1. Permiso. Primero y principal, ¿verdad? Cómo decirle a tu marido o a lapa que tenés que ir al festejo porque si no quedarías como lorito. Lo que significa un año mínimo de bromas de los perros. Algunos se avivaron y ya empezaron a hacer “buena letra”, ya sea arreglando el mueble que hace meses se le viene diciendo que solucione o cortando el pasto.

Pero ganar este “permiso”, podría traer otras consecuencias, como tener que dejar de ir a un lugar donde siempre vas cada semana, por ejemplo, el futbolacho, por ir a la farra. No podés ir a las dos partes en la misma semana, ¿o sí?

“La verdad que a mí no me molesta tanto, pero sí me gustaría que no eligiera las dos actividades para pasar más tiempo en familia, aunque eso tiene que nacer de él”, he’i Andrea L., docente con dos hijos.

2. Otro de los trucos es fingir ser olvidadizo/a. A última hora gua’u se acuerdan que tenían que ir a hacer acto de presencia frente a los jefes. Este truco probablemente se pueda hacer, máximo dos veces, porque después ya es sospechoso.

3. ¿Llevar “mochila” o no? Si bien la mayoría de las empresas mandan invitación válida para una persona, si no organizan los patrones, puede ser a libre elección llevar o no acompañante. “Lo mejor es poder ir sola. Así disfrutás más, ¿para qué le vas a llevar a otra persona que capaz no entienda los chistes internos ha oñembo celosoma katu?”, expresó Celia.

4. Repartición equitativa de los gastos. Si tu patrón es de esos que ni ahí ofrece farra y entre los perros nomás arreglan todo para hacer un asadacho, hay que prestar mucha atención y no entrar en escuelita. Ese famoso “te transfiero después”, historia. Si sucede, puede que termines enojado o enojada con tu compa, creando un ambiente poco amigable después de la farra. Así qué, cuentas claras, amistades largas.

5. Moquete entre los que no se aguantan. No suele faltar el grupito de compañeros que no se llevan bien en el trabajo. Algunos aprovechan para sacarse el “gusto”.

Milciades contó que antes trabajaba en una empresa de micro y que los festejos solían ser a lo grande. “Todo era diversión y compartir para luego finalizar con un ‘ñembopu de paleta’ (se garrotean) entre los choferes”, dijo entre risas.

También recordó que en su extrabajo “tóxico”, los perros aprovechaban para trozarle a patada limpia a los tîro’ysâ del grupo mientras los muchachos jugaban un torneo relámpago de ese día.

6. Pasarse de tragos. Un tema muy importante, muchachos. En cada farra suele correr mucho alcohol y a veces no se mide la cantidad. Vos nomás creés que todo el mundo está feliz, pero de lejitos está anotando todo la de Recursos Humanos.