Potencia, fuerza y perseverancia son algunas de las virtudes que describen a Roberto Ovelar, delantero paraguayo del Junior de Barranquilla que se ganó un enorme protagonismo en Colombia tras anotar un doblete ante Boyacá Chicó. Los dos goles le dieron la clasificación a su equipo en la liguilla final del torneo Postobón.
El “Búfalo”, en una entrevista, contó que tuvo una dura infancia y que debió sortear muchos obstáculos para convertirse en futbolista. “Yo me crié en Curuguaty, una zona de mucho campo. Teníamos una chacra donde plantábamos mandioca, tomate, algodón, de todo un poco.
Mi infancia fue muy dura, porque mi familia tenía pocos ingresos. Yo vendía banana y lotería en la calle para ayudar a mis padres. Ellos ya eran viejitos y no podían hacer cierto tipo de trabajos. Me pasé trabajando, pero aprendí muchísimo con esas experiencias”, contó el delantero a El Heraldo.
Momentos inolvidables
Roberto también se acordó del momento más difícil que le tocó vivir a él y su familia: la muerte de su hijo Jonathan, de 3 meses, por un problema cardíaco. “Fue uno de los momentos más duros, marcó mi vida. Es nuestro ángel. Ahora dedico todo mi tiempo libre a mi esposa (Gladys Ortega) y a mis dos niñas: Valentina (2 años) y Angie (6). Son mi vida”, reconoció un humilde Ovelar, quien describió a su hermano Luis Armando, delantero de General Díaz, como un compañero de lucha.
“Armando y yo, que somos los futbolistas de la familia, comenzamos a jugar en torneos ‘amateurs’ y fuimos conociendo a gente que estaba metida en el fútbol y que nos dio la mano para llegar a ser profesionales”, reveló el atacante.
El “Búfalo” es la principal arma de gol del Junior y está muy motivado para dejar su huella en el club. Su objetivo es alcanzar el título. Esta noche, los “Tiburones” reciben a Independiente de Medellín en el estadio Metropolitano, en el juego de ida de los cuartos de final del fútbol cafetero. Roberto tendrá un interesante duelo con Antony Silva, golero paraguayo del cuadro de Medellín.