Ayer Resistencia anunció la contratación de su último refuerzo para el Clausura, se trata del zaguero central de 19 años, Rolando Ortiz, proveniente de la cantera franjeada que todavía no pudo debutar en la División de Honor por un problema personal que lo sacó a la luz en Fútbol a lo Grande (1080 AM).
El defensor era uno de los jóvenes con mayor futuro de su camada, ya que no solo pertenecía a los registros del Olimpia sino que era titular indiscutible en las selecciones menores. En su mejor momento futbolístico, un serio inconveniente de salud truncó su progreso. “En el 2019 tuve un Mundial (Sub 17) bueno, entonces vinieron ofertas de varios clubes de Europa y, como yo no estaba bien mentalmente porque me diagnosticaron depresión, no quería dar el salto directo a Europa, entonces decidí ir a Estudiantes” de la Plata, reveló.
Su estadía en el vecino país fue un auténtico calvario del que apenas pudo escapar. “Me fui hecho mierda, estaba en la peor época de mi vida. Le perdí a mi abuela, a mi abuelo, se me juntaron todas las cosas. A los 6 ó 7 meses le pedí a Estudiantes volver, ya incluso pensaba en hacerme daño”, contó.
El suicidio del delantero uruguayo que jugaba en Godoy Cruz le dio un clic a su vida. “Justamente cuando estaba en Estudiantes pasó lo del Morro (Santiago) y eso me hizo abrir los ojos para priorizar mi paz mental, crecer personalmente y fortalecerme mentalmente. El fútbol pasaba a segundo plano”, admitió.
Rolo regresó a Paraguay y de motu propio fue a practicar en la Reserva del Decano porque era consciente de que no estaba en condiciones de pelear por su sueño de Primera. “Vine flaco, perdí como 10 kilos y más del 50% de masa muscular. Le dije a los directivos: ‘No le prometo nada a ustedes, no vengo con la mentalidad de jugar acá, quiero recuperarme personalmente y voy a ver qué va a pasar conmigo’”, recordó.
Revancha
Este año analizó seriamente ir a estudiar a los Estados Unidos mediante una beca, pero cuando estaba haciendo las maletas apareció la oferta del Triángulo Rojo. “En este agosto me iba a ir y el presidente (Roberto Garcete) de Resistencia me escribió, supo mi situación. Hablé bien con él y el Tiburón Torres, me dijeron que tengo un potencial enorme y me abrieron las puertas a la esperanza de jugar al fútbol”, mencionó.
Hoy en día Ortiz tiene bajo control su depresión porque está medicado y sigue sus terapias con el psiquiatra y el psicólogo. Es por ello que se ilusiona nuevamente con surgir en el deporte que lo apasiona. “Voy a probar estos 6 meses a ver qué pasa. Ahora me siento a gusto, me siento mucho mejor físicamente. El grupo de Resistencia es bárbaro con personas increíbles y que te ayudan a crecer. La idea es volver a tener esa revancha y sentirme de la mejor manera”, comentó.
Consejo
Luego de dejar atrás lo peor, Rolando animó a otros colegas a no guardarse sus quebrantos porque siempre hay una solución. “Quiero decirles a todas las personas que capaz tengan miedo o capaz tengan vergüenza de admitir estas cosas, que pidan ayuda. Hay muchísimas personas que no quieren hablar teniendo un potencial enorme en el fútbol y se quedan estacados. Exíjanse ustedes mismos, hablen con profesionales, que a la larga van a agradecer y van a sentirse mucho mejor”, expresó.