Su retorno a la Capital del Sentimiento es considerado por muchos como un verdadero ejemplo de superación. Trastornos de ansiedad con ataques de pánico y episodios de depresión lo alejaron de las canchas, pero con mucha valentía Luis Fariña gambeteó a la enfermedad y hoy está casi listo para correr detrás de la caprichosa.
“En ese momento que se dio todo, si me pongo a pensar hoy en día, era un momento hermoso de mi vida. Me había esforzado mucho para que un club como Cerro ponga los ojos en mí y cuando lo consigo me pasa eso. Tenía a toda la familia bien, mis hijos, mi mujer, mis padres. Todos sanos”, recuerda el argentino, sin encontrar motivo alguno del por qué se sentía así.
Abrirse y contar la situación por la que atravesaba tampoco fue fácil, pero lo hizo pensando en los demás.
“Parece que en el fútbol es un tema tabú, como que no lo pasa nadie. Quizás la ansiedad es un poco más normal, la depresión ya es otra cosa. Por eso sentí contarlo, porque creía que podía ayudar a muchos colegas”, expresó a la 730.
También dijo quién fue el primero en saber sobre lo que estaba sintiendo. “Al primero que recurrí, que más confianza me generó, fue el Pachi Carrizo. Él me empujó a hablar con el cuerpo técnico, con la dirigencia”, recordó.
Objetivos
Fariña valoró lo que hizo el Ciclón por él. “Todo Cerro, dirigentes, técnico, compañeros y la gente misma, desde el momento que se supo que volvía al fútbol me abrieron las puertas. Es una motivación extra para que hoy esté acá”, indicó.
Cuando le preguntaron sobre cómo reaccionará en caso de convertir dijo: “Agradecerle a Dios y a todos los que estuvieron a mi lado. Estar de vuelta en un campo de fútbol ya es importante, si salen las cosas bien, pero este es el premio máximo”, agregó. Por último el mediocampista ofensivo confía en que pueda llegar al inicio del Clausura. “Creo que no voy a tardar mucho. Mi deseo es llegar al primer partido pero depende de lo que vea el Chiqui”, remató.